Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Saturday, March 26, 2011

Magistral

Recién tuve la oportunidad de asistir a la conferencia: “Hablemos de mitos, místicos y religiones” por Juan Galván Paulín. Capilla Gótica – Instituto Cultural Helénico. Como aficionado a la antropología filosófica que soy me pareció una conferencia magistral. Mis notas durante la conferencia abarcaron cinco páginas tamaño esquela, mismas que estoy digiriendo poco a poco. De una parte de la conferencia y de otras lecturas derivé la siguiente reflexión: Forma simbólica.

Forma simbólica

En el contexto de la antropología filosófica ¿Qué es una forma simbólica? Una malla o tejido de signos lingüísticos a través del cual observamos a la realidad. Un enfoque o perspectiva con la cual damos cuenta ante nosotros mismos de la realidad en términos de símbolos o elementos de nuestro lenguaje. Un andamio o muleta sobre la cual apoyarse para darnos un relato inteligible de nuestro vivir en la realidad humana. Pero, si la realidad es como un terreno al que nunca podremos acceder directamente sino sólo a través de mapas, si la realidad es la materia en sí siempre inaccesible, siembre velada, entonces el ejercicio de crear mapas de símbolos para guiarnos en dicha realidad es un ejercicio esencialmente humano. De otro modo, sin mapas, no podríamos habitar tal realidad.

La mención anterior de materia y forma se refiere a la teoría del conocimiento que distingue, por un lado, a la materia como el tema general u objeto de atención, y por otro, a la forma como el aspecto particular de dicho tema u objeto que nos interesa contemplar. La materia es por sí misma, está ahí, pero la forma la aporta quien hace la contemplación. La materia recibe su determinación de la forma que el observador imprime sobre ella. Por eso la expresión del humano sobre un tema u objeto dice más de ese humano que dice del tema u objeto. La acción interpretativa es la intencionalidad que estampa una forma particular a la materia, una manera de observar a la materia, nunca directamente sino por representaciones simbólicas presentes en el lenguaje. No podemos observar a la realidad directamente, siempre la vemos a través de los lentes del lenguaje, por medio de las formas simbólicas.

El lenguaje juega el rol de determinar la experiencia humana, es decir, la manera en que experimento el mundo está pre-estructurada por el lenguaje que utilizo. Es el estructuralismo, como escuela de pensamiento, que inició el trabajo lingüístico de Ferdinand de Saussure, en el continuo intento del ser humano para entender los constituyentes más profundos de su ser.

En el esfuerzo explicativo de teorías antropológicas y métodos de indagación filosófica, como el estructuralismo de Claude Lévi-Strauss o la hermenéutica de Hans-Georg Gadamer, se apunta al muy importante y activo rol de la mente del observador en la formación de patrones culturales comunes, como el mito, el ritual, y el propio lenguaje. La idea de mito tiene una fama popular de referirse a la patraña, lo falso, o la mentira; y sin embargo, el pensamiento mítico, estudiado con mayor profundidad, lo encontramos engarzado en la esencia del fenómeno humano, desde el humano primigenio. El mito es resultado del impactante encuentro con una realidad cuya explicación es inalcanzable. La realidad irrumpe arrolladoramente en la vida y para poder continuar habitando tal realidad el humano crea una narración sobre la cual se pueda apoyar y dar sentido a su existencia. El mito es esa narración, el mito es una forma simbólica, así como lo son también la religión o la ciencia. El mito, como forma simbólica, es algo intrínseco en lo humano, resulta algo indispensable para habitar la realidad.

Un ejemplo es el mito fundamental: el mito de la muerte. Subrayo que en este punto ya no estoy considerando la idea superficial y peyorativa de mito como algo falso, pues qué puede ser más cierto que la muerte misma. Aquí considero a la idea de mito como el resultado de la ruptura del estado ordinario de existencia proveniente de una realidad más alta que no se puede comprender, de una realidad completamente otra, que para poder seguir habitándola el humano interpreta simbólicamente. El humano hoy debemos nuestra existencia a esa interpretación mítica que hizo el humano primigenio.

He escrito en el pasado acerca de lo negativo del pensamiento mítico-místico-mágico-religioso, acerca de la superficialidad y la enajenación que provoca la ignorancia y el estado desinformado promovido por los abusivos sistemas religiosos institucionales, que bien pueden ahora ser mejor caracterizados como negocios o corporativos dedicados al comercio del miedo. ¡Hace rato que dejaron de ser religión!, pues consienten en una interpretación vulgar y pueril de la experiencia básica humana que, de otro modo, podemos utilizar a nuestro favor para transformarnos: la idea de lo sagrado, de lo absoluto inalcanzable, del conjunto de las fuerzas físicas universales.

Además, he escrito acerca de la penetración del dogmatismo en muchas comunidades, incluyendo algunas comunidades científicas. Entre menos haya, en la sociedad, de esa vulgar interpretación del mito y de la religión, mejor; en el mismo sentido por el cual es mejor un menor nivel de delincuencia en nuestras sociedades.

Sin embargo, si bien es cierto que los sistemas religiosos institucionales han atestado intolerables agravios en contra, precisamente, del pensamiento religioso profundo, también es cierto que no resulta valioso dedicar más tiempo a emprender una inquisición en contra de los sistemas religiosos de dogmatismo exagerado. Allá ellos.

El pensamiento mítico-místico-religioso es algo que el humano evoca ante la realidad que lo aborda de forma imponente y al no lograr entenderla crea símbolos para habitarla, para inventar su realidad e inventarse a sí mismo, al narrar su existencia ahí. El pensamiento mítico tiene un lugar inherente en lo humano. Por lo que creo que el pensamiento religioso y las formas de expresión religiosa, inevitablemente, nos acompañarán de manera indefinida.

Dadas así las cosas, la investigación cultural ofrece enormes horizontes para proseguir en el entendimiento de uno mismo. Explicar ante uno mismo lo profundo de la mitología, el misticismo, la religión, alejándose de sus aspectos superficiales y dogmáticos, parece una vena adecuada para mi proyecto de teología filosófica.

Monday, March 21, 2011

Noticias a la fecha

Hola, mando saludos, esperando que estén todos muy bien.

En atención a la amistad que hemos compartido en otra época, de la cual albergo entrañables recuerdos, me parece pertinente compartir el texto de una correspondencia personal donde expreso brevemente mi posición o estado actual con respecto a algunas de las áreas más importantes en mi vida desde hace mucho tiempo: Carta personal

El texto de tal correspondencia ha sido editado y no contiene alusiones personales por lo que es apto para el dominio público. Mi decisión de publicar dicho texto es congruente con mi espíritu de divulgar lo que considero relevante para aquel, como yo, interesado en formarse una vista de conjunto acerca del cristianismo. Interés que acompaña a quienes, además, buscamos entender quiénes somos como cultura occidental y como Iberoamérica. Pues el cristianismo está detrás de muchas de las enormes diferencias en mentalidad y civilidad que hay con otras culturas; por ejemplo la cultura oriental japonesa.

Saludos cordiales.

Carta personal

A continuación publico la versión adaptada de una correspondencia con un entrañable amigo, en respuesta a los cordiales saludos que recibí de su parte. En esta adaptación he omitido toda alusión personal, pues mi intención es tener un comunicado genérico al que pueda remitir a otros que se pregunten por mí actualmente.

Hola, ¡que gusto recibir tus saludos!

Te cuento que me siento muy bien en general. Mi profesión todavía me da más satisfacciones que pesares. Es decir, todavía sigo divirtiéndome mucho con el diseño y la creación de soluciones de negocio basadas en software, más de lo que me aburren las tareas administrativas o repetitivas y tediosas —como la obligación de hacer algunos trámites fiscales.

Con mi familia estoy muy feliz, la vida matrimonial ha sido un sueño hecho realidad. La intensidad y nivel de atención tan demandante que ha sido el ser esposo y padre me impulsa a mejorar y cambiar constantemente.

En lo personal estoy muy feliz de procurar lo positivo del cristianismo. Algunos patrones positivos que aprendí en los años de vida en iglesia han sido un cimiento invaluable hoy en día. Por ejemplo la pauta periódica de cambiar y mejorar la mentalidad —también conocida como el arrepentimiento— ha sido una base importante para continuar mi búsqueda del crecimiento espiritual.

Otro cimiento importante ha sido el estudio profundo de la Biblia. Estoy muy entusiasmado y busco progresar diligentemente en mis estudios sobre la historia del cristianismo y mi proyecto de teología filosófica. El cual es un proyecto personal y distinto al otro proyecto que también está en curso, el del seminario de introducción a la Filosofía —aunque indiscutiblemente están relacionados.

Cuando me bauticé como un cristiano, lo sabemos, tomé varios compromisos de vida. Entre los cuales está el buscar a Dios de forma seria. Para tener el tiempo para seguir dando la cara, de manera realista, a esos compromisos ha sido necesario repartir mi tiempo de forma diferente a como lo solía hacer durante mis primeros años de cristiano. Por ahora no asisto a las reuniones de la iglesia, y en su lugar busco dedicar el tiempo a la pequeña iglesia que es mi familia personal, y a la investigación y reflexión profundas. Cuando tomé esa decisión redacté una carta dirigida a mi Charla Bíblica. El texto principal de dicha carta lo puedes consultar en la siguiente página en Internet: Carta breve a una pequeña comunidad

Solicité y confié en mi líder de Charla de ese entonces para distribuir dicha carta entre los miembros a quienes fuese pertinente aclarar mi decisión providencial. A la fecha no he recibido respuesta o comentarios por parte de nadie y desconozco si mi carta llegó a los miembros de mi Charla Bíblica.

Debo decirte que la etapa donde estoy actualmente en este camino de profundización que emprendí es una etapa de reevaluación de todas mis creencias. Pues me he dado cuenta que desde haber conocido a la iglesia también he caído en los patrones negativos del cristianismo. Por muy difícil que ha sido para mí reconocer eso pero, sí, he corroborado que el cristianismo tiene —en su esencia— patrones muy negativos, y en la mayoría o he caído yo mismo, o se ha incurrido —y se incurre actualmente— a mi alrededor en la iglesia. Lo más lamentable es que se perciben de forma generalizada como patrones positivos y no distingo la posibilidad de que tal percepción llegue a cambiar, principalmente entre los miembros del liderazgo.

Reitero que la razón principal para dejar de asistir a las reuniones es mi necesidad del tiempo para profundizar y buscar el crecimiento espiritual que de otra manera no estaba logrando. No he tenido ningún problema con las personas en la iglesia, o por lo menos no directamente. Me explico:

No lo sabía en ese entonces pero ahora conozco el término que describiría lo que me pasaba y, por conciencia, no podía ignorar: una especie de disonancia teológica. En pocas palabras, la mayoría de las ideas en la iglesia —y en la Biblia— no son consistentes con la idea de un Dios grande, un Dios para todo el universo. No acepté que la búsqueda que inicié en mi bautismo —o antes— terminara con la idea de un Dios de pensamiento enano, local, machista, neurótico, en resumen: un Dios demasiado humano. Un Dios que nos deja en condiciones tales que provoca no sólo lo mejor en las personas —por ejemplo en el amor, la compasión, y el perdón— sino también lo peor, como el dogmatismo exagerado, la misoginia, la xenofobia, el chovinismo, la enajenación y el abuso jerárquico, por mencionar sólo algunos rasgos de lo peor del cristianismo como se vive en esta y en la mayoría de las iglesias cristianas que he conocido y estudiado.

Entonces, no tengo ningún conflicto personal o queja con los miembros de la iglesia, pero sí con el grueso de sus ideas, mismas que ciertamente provienen, no todas de malinterpretaciones sino, directamente de la Biblia y de la historia del cristianismo desde su gestación.

El cristianismo no le pertenece al Movimiento de Boston, el cristianismo es algo mucho más grande y complejo que las buenas intenciones de unos pocos entusiastas en una época y cultura determinada. Así mismo, por supuesto, la idea de Dios es algo mucho más grande que la forma de religión organizada e institucional en que nos hemos convertido. El cristianismo pertenece a los individuos, no a las instituciones ni a los prelados jerárquicos. Esas son algunas premisas de mi proyecto de teología filosófica que estoy desarrollando como alguien que sigue en la búsqueda de un Dios para todo el universo.

Mi proyecto es personal, no pretendo adoctrinar a mi familia con mis perspectivas. Las bases que planeo ofrecerles son las del pensamiento de orden superior: pensamiento crítico, pensamiento creativo, y pensamiento solidario. Los hallazgos en mi proyecto personal serán como una aportación más, entre otras, para que cada uno elija conforme a su ser.

Hasta donde he corroborado de manera personal —pues presencié o participé de experiencias ya anteriormente reportadas por muchos otros— la iglesia está dominada por patrones negativos de raíz que yo no puedo respetar; si acaso los tolero, pero que de una manera u otra estoy obligado moralmente a denunciar. En mi proyecto personal de cristianismo sí hay cabida para perspectivas diferentes, desconozco si en el proyecto de la Iglesia de Cristo en México, A.R. —dictado por su liderazgo— haya cabida para mi proyecto, sospecho que no. Pero en realidad eso ya no me importa pues la cerrazón ha resultado impenetrable y he decidido dedicar mi tiempo para avanzar en mi búsqueda y no perderlo con dogmatismos trasnochados.

Por supuesto, todo esto ha sido el resultado de un proceso de muchos años, por lo que preparé la siguiente página donde enlisto algunos textos que podrían explicar, en parte, algunos puntos clave durante ese proceso: Un recorrido

Quiero seguir narrando y reflexionando sobre mi recorrido hasta ahora y sobre lo que aprenda sobre la marcha. Por ahora lo seguiré publicando en forma del blog en Internet con dirección: http://mdmartin.blogspot.com/

Con gusto estoy dispuesto a platicar y dejar en claro cualquier cosa confusa en mis textos que, por no ser un escritor profesional, haya yo dejado con demasiada ambigüedad.

Para mí la amistad es lo importante, la fraternidad, el amor, la compasión, etc. Por otro lado, los dogmas de fe me resultan irrelevantes. Por lo que hacia ti mi amistad permanece intacta, y las puertas de mi familia abiertas, aun si no hubiese coincidencia en las ideas.

Te dejo mis datos, esperando con gusto vernos de nuevo y compartir lo maravilloso de nuestras familias.

Te mando un abrazo cordial y saludos a tu preciosa familia,

Marco

Aclaración Abril 2011: La palabra «provisional» en el octavo párrafo ha sido substituida por «providencial» pues, al escribir ese párrafo, la intención original fue indicar que mi decisión proveía medios para obtener el tiempo que requería en esa época. Evidentemente la palabra original fue usada de manera ambigua y el cambio pretende disminuir dicha ambigüedad.

Aclaración Abril 2016: La palabra «valoral» en el párrafo catorce ha sido substituida por «solidario» pues me pareció una mejor traducción contextual de la palabra del inglés «caring» —su contexto es la propuesta conocida como «Filosofía para Niños» de Matthew Lipman.

Sunday, March 20, 2011

“Doctrinalmente correcto”

¿Cuál puede ser un contexto no manipulativo para afirmar que alguna idea es "doctrinalmente correcta"? Como posible respuesta sugiero que tal contexto sea la evaluación de una teoría teológica en particular [1]. Por lo que el juicio "doctrinalmente correcto" es relativo a la perspectiva desde la cual se evalúa una idea o dogma religioso. Por tanto, para la mayoría de las personas que se acercan a la religión con buena voluntad es necesario que cuestionen tales pronunciamientos pues una fe religiosa no es excusa para juicios ignorantes que promueven la intransigencia y el fanatismo [2]. “Porque así está escrito”, “es palabra de Dios”, etc., pero... ¿según cuál perspectiva? ¿Según la perspectiva de los que “saben” de religión? ¿Por qué sólo la perspectiva de ellos vale? ¿Por qué se asume que todo cristianismo —o la religión en general— pertenece a los que dicen “saber” y no a los individuos de buena voluntad que se acercan a la religión con esperanza de lograr algo valioso para ellos espiritualmente?

¿Es acaso la ortodoxia más descriptiva de la realidad y del ejercicio teológico, o es acaso que la heterodoxia describe mejor el terreno tanto de la realidad humana como el de la teología? ¿Para qué seguir privilegiando a las perspectivas orientadas al dogma? Esas suelen fortalecer a los Establishments religiosos que castran espiritualmente al individuo y lo someten bajo un esquema medieval caduco y deshumanizante.

Aquel que le imponga dogmas religiosos a su prójimo le quita un rasgo básico de su humanidad: la posibilidad para desarrollar su sentido crítico, en esencia quedando castrado espiritualmente.

Los esquemas religiosos típicos que buscan preservar su sistema "correcto" de dogmas hace rato que dejaron de funcionar para el desarrollo holístico de las facultades individuales. Los esquemas típicos de las tradiciones abrahámicas, basados en el miedo y la ignorancia, están más allá de la reparación, no hay caso en intentar mantenerlos ni reformarlos pues están desviados de origen. Iniciaron a partir de dogmas de fe, a fuerza de imposición y adoctrinamiento, y no a partir de elecciones maduras y plenamente informadas. Por ejemplo, el dogma de la salvación por fe, el dogma del dualismo y su afirmación de la realidad del alma, y el dogma de la vida eterna. ¿Acaso el prosélito suele tener conciencia de la diversidad de teorías teológicas que explican debidamente tales dogmas y que ninguna de ellas mezcla el campo del idealismo con el campo del realismo? ¿Cuál malformada creencia es más probable que dicho prosélito termine adoptando? A decir de su conducta típica, pareciera creer que dichos dogmas hablan de una continuidad física después de la muerte, como si la percepción y la conciencia continuaran, mientras que ninguna de tales teorías teológicas afirma semejante equivocación.

¿Qué dice esto de los supuestos "líderes" religiosos, los que supuestamente "saben" de religión? ¿Cuál puede ser su ética de creer que se quedan callados al darse clara cuenta de las malformadas opiniones de su feligresía? ¿Serán realmente diferentes de aquellos políticos propagandistas que abusan del ignorante, explotando sus miedos o su sentido de devoción o patriotismo sectario? Por ejemplo, si tal "liderazgo" requiere la completa voluntad de sus prosélitos para inmolarse en un acto suicida, basta predicar de forma sesgada el dogma de las 72 voluptuosas vírgenes que recibirá quien muera sacrificándose por su religión, basta con que se queden callados y dejen al fiel ignorante asumir la malinterpretación del dogma en el campo del realismo. El mismo ejemplo aplica para ilustrar el caso de esos otros “líderes” religiosos que buscan mantener una feligresía cautiva bajo la promesa del paraíso o bajo el terror del infierno cristiano, pero que en realidad se traduce en la abusiva práctica de doblegar a la gente ante una sola perspectiva que sirve a los intereses de tal “liderazgo” y no para que los individuos desarrollen sus facultades holísticamente [3]. ¿Por qué no enseñan debidamente que no hay bases historiográficas para sostener una sola perspectiva teológica que pueda declarar superioridad sobre otras perspectivas [4]? ¿Por qué no exponen claramente las diversas posibilidades del ejercicio teológico para que la gente persiga libremente sus propios proyectos de teología filosófica [5] y así puedan evitar lo peor de la religión [6]? ¿Acaso les es más importante mantener la ruin elección de sentirse siempre en lo correcto [7]?

¿Cómo puede conciliar esto aquel que hoy en día busque seguir el espíritu de Jesús, El Cristo? Dado que Jesús, El Cristo, denunció los excesos y conducta incongruente del sistema religioso de su tiempo, es razonable pensar que sus seguidores no fueran vasallos de un sistema similar sino que desarrollaran su espíritu humano, sus facultades individuales en todos sentidos, para llegar a formarse una vista de conjunto de la vida y entonces ponerse en pie de crítica, junto a hombres como Jesús, El Cristo, ante las intransigencias del sistema establecido por unos cuantos abusivos. [8]

Referencias

  1. Verdad y teoría

  2. Inquisidores modernos

  3. Escolarización y educación

  4. ¿La fe ciega es un estado enajenado?

  5. ¿Para qué teología filosófica?

  6. ¿Qué es lo peor del cristianismo?

  7. Diezmo y liderazgo

  8. El amor por el fundamentalismo - Parte 2

Saturday, March 19, 2011

Una revisión

Aquel interesado en el tema acerca de las, ya casi, siete mil sectas religiosas en México —incluyendo las sectas dentro de la diversidad católica—, quizá también tenga interés en analizar el tipo de artículos que circulan entre sus miembros. Un artículo, en este caso, distribuido entre los miembros de este grupo en Yahoo. Dicho grupo está asociado al grupo conocido por sus siglas ICOC (International Churches Of Christ).

A continuación reproduzco una revisión que aporté a ese artículo, cuyo tema es la muerte del personaje bíblico conocido como el apóstol Pablo o Saulo de Tarso:

En apoyo a la actitud individual para investigar y profundizar, y con el objetivo de alentar el pensamiento crítico en quien tiene esa actitud, ofrezco los siguientes puntos a manera de revisión al documento: La muerte del Apóstol Pablo.pdf. Esperando que sirvan de alguna manera para mejorar su contenido:

  • El tema elegido provoca la reflexión acerca de un suceso no contenido en el canon bíblico: la muerte del apóstol Pablo o Saulo de Tarso. Eso mismo ya convoca a una serie de disciplinas de estudio bíblico y estudio histórico que son pertinentes para lograr una cavilación amplia del asunto. La crítica textual, el método histórico-crítico, la filología, la hermenéutica, la fenomenología, la exégesis, son algunas de esas disciplinas. Por eso, por el tipo de estudio profundo que este artículo puede provocar en sus lectores, me parece una muy positiva aportación a la comunidad. Claro, siempre y cuando los lectores cuenten con un mínimo de orientación historiográfica sobre el cristianismo para no caer en la penosa trampa del literalismo y del abuso bíblico. Para más acerca de eso remito mis textos: ¿Uso o abuso bíblico? y ¿La fe ciega es un estado enajenado?

  • Debido a la riqueza espiritual y amplitud de miras que implican las disciplinas mencionadas en el punto anterior, se sugiere mencionarlas explícitamente en el artículo a manera de invitación al lector para seguir investigando el tema particular del final de la vida del personaje conocido como el apóstol Pablo o Saulo de Tarso, o para seguir investigando todo aquello que no está en el canon bíblico y que resulta muy relevante para un cristiano maduro, uno que ha superado las perspectivas infantiles de las tradiciones católicas y protestantes y puede abordar los problemas que aquejan al cristianismo. Por ejemplo la situación mencionada en mi texto: Diezmo y liderazgo.

  • El artículo hace una extensa mención de versículos bíblicos, pero no hace un buen trabajo de distinción entre los provenientes de escritos pseudoepígrafos —término técnico que indica que un texto ha sido falsamente atribuido, o en otras palabras, que se trata de una franca falsificación— de aquellos versículos que provienen de escritos cuyo soporte histórico los distingue de las leyendas sobre el apóstol Pablo o Saulo de Tarso. Es decir, como los únicos escritos que cuentan con fundamento histórico para ser atribuidos al apóstol Pablo o Saulo de Tarso son Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses, y Filemón, entonces las demás menciones se refieren a las leyendas posteriores que reflejan cómo fue recordado el apóstol Pablo o Saulo de Tarso, pero no cómo era en realidad desde la perspectiva histórica. Por ejemplo, se menciona su relación con Tito y con Timoteo, pero no se aborda la inconsistente situación en la cual Pablo hace circuncidar a uno mientras que al otro le impide que se circuncide. ¿Cuál de las dos era la enseñanza de Pablo, qué dice de Pablo —y de los escribas bíblicos— esta enseñanza ambigua? ¿Será la adaptación situacional, ad hoc al contexto, la enseñanza entrelíneas que Saulo de Tarso quería transmitir? Y si así fuere, ¿cuáles pudiesen ser los límites y las condiciones para tales adaptaciones doctrinales? ¿Quién las puede hacer y por qué?, etc.

  • El artículo hace mención de la idea del tercer cielo nuevo-testamentario, si bien sí agrega el adjetivo calificativo místico, no hace un buen trabajo de distinguir claramente la perspectiva con la cual entender tal idea del tercer cielo. Dejando abierta la puerta para la pobre y pueril interpretación del lugar conocido como tercer cielo como un lugar en el campo del realismo. Para más detalles de este punto remito mis textos: Verdad y teoría, y también El tercer cielo.

  • Amén de lo positivo ya mencionado en el primer punto de esta breve revisión, el artículo representa un pésimo trabajo de investigación historiográfica. Ninguna de las mejores fuentes sobre el tema siquiera es mencionada. No es un trabajo serio, y si se aspira a edificar un cristianismo informado será necesario desarrollar otro nivel intelectual que tome como fuentes —y sepa contrastarlas— algo mucho más fundamentado que sitios en Internet como “El Rincón del Vago”.

Saludos cordiales, quedo de ustedes esperando que esto sirva para abrir un sano debate racional por medio de sucesivas y enriquecedoras réplicas.

Diezmo y liderazgo

¿Por qué muchos en el cristianismo han experimentado algo muy negativo con respecto a lo del así llamado diezmo? Habría que analizar caso por caso. No han faltado casos de desenfrenado abuso económico a favor del enriquecimiento desmedido de algunos así llamados “líderes” religiosos, tanto en sectas religiosas incipientes como en instituciones ya establecidas. Eso está claro y esos delitos no son diferentes de otros delitos de “cuello blanco” tanto en corporaciones comerciales como en gobiernos corruptos.

Habrá casos, también, de una excelente administración donde el recurso económico se usa de tal manera que hace honor a la justicia, a la transparencia, y a la honradez.

Sin embargo, no me parece que lo del así llamado diezmo fuese de gran relevancia si a cambio la comunidad recibiese un liderazgo servicial; es decir, uno que sirve como mero asistente para el desarrollo real de las personas y no uno que impone lo que los demás deben creer y pensar. El grave desatino —es decir, el pecado— consiste en adoptar una posición paternalista, como si los demás fuesen inferiores intelectual o moralmente y necesitaran tutela mental o moral. Como si las personas no pudiesen, por sí mismas, darse cuenta de, por ejemplo, lo ridículo de la idea de un dios antropomórfico, que “mira”, que “habla”, y por lo tanto tiene ojos y boca y es una proyección de lo humano —y del humano masculino. ¿Será entonces que ese dios tiene pene y usa el baño de la misma manera que el género masculino? ¿Pregunta estúpida? ¿Y si la estupidez no estuviera ahí donde pensamos?

Como dije, si la comunidad recibiera un liderazgo servicial otra sería la historia. Pero como no lo recibe y en su lugar recibe un “liderazgo” abusador, uno que se comporta con la mayoría como si fuese ganado del cual ordeñar, abusar, y explotar a placer, entonces bien hace quien decide removerlos del cargo por incompetentes. Incluso si esa remoción ocurra tan sólo en el ámbito de la opinión personal. Lo mismo aplica ya sea en ámbitos religiosos, como educativos, o políticos en general.

Debo enfatizar que no quiero decir que uno de esos “líderes” debiera remover de su cargo a otro “líder” de la misma calaña. Quiero decir que las personas de a pie, aquellos que les interesa lo positivo del cristianismo, y que no tienen cargos de “liderazgo”, hacen bien en mandar al carajo a esos auto-proclamados “líderes” que son por completo incompetentes. Quienes a la vez, a pesar de su incompetencia, obtienen sus casas, sus autos, y las escuelas privadas para su prole sin concordancia equitativa alguna con lo que recibe la comunidad que financia esas cosas materiales.

No obstante, me parece desatinado apuntar a las casas, los autos, y las escuelas privadas como si la ausencia de tales cosas mejorara la situación. La jerarquía material permanecería aun sin esas cosas. Los problemas que vienen de las desproporciones en general, los desenfrenos, y el abuso jerárquico, me parecen más relevantes. Por ejemplo, el abuso de aquel que sólo se rodea de quienes acepten sin cuestionar su opinión y sobre los que pueda edificar su coto de poder.

Sí, los abusos y los desenfrenos económicos son delitos deplorables. Quienes los cometen son tan cobardes que prefieren mantener su comodidad en lugar de reconocer lo inútil y pernicioso de su "liderazgo". Pero hay situaciones adicionales, donde no hay casas ni autos provenientes del dinero de la comunidad. No por eso ahora son mejores. El abuso más serio no ha disminuido: afirmar que "saben" lo que Dios piensa, siente, y quiere abusando del texto bíblico para manipular a través del miedo a los demás. Y aquí viene lo más macabro: abusan de los demás no para pagar sus necesidades, sino por el desenfreno narcisista de sentirse en la "luz", en la "verdad", en lo "correcto". Por lo que no dudarían en mandar a la hoguera de la exclusión a todo aquel que no acepte lo que ellos dicen.

Ese tipo de “liderazgo”, quienes abusan de las economías de escala y reciben su pago del dinero de la comunidad, está metido en un círculo vicioso. Una trágica trampa en la cual todo su sustento proviene de mantener las cosas así como están, sin cambios de fondo, pues tales cambios implicarían perder su modo de vida material. Muchos de ellos reciben beneficios que nunca soñaron recibir en sus propias profesiones. Tal vez iniciaron con la creencia de estar haciendo algo sublime “por Dios y su pueblo”, y ahora están postrados ante la autocomplacencia y el poder del dinero, sin ninguna diferencia distinguible con el retrete en que se han convertido muchos sistemas políticos y religiosos —muchos de los cuales critican con tanta vehemencia.

Sin embargo, aun para quienes están en esta trampa hay alternativas dignas y diferentes a la renuncia. Alternativas que honran el papel que dicen tener ante su comunidad. Pero todas esas alternativas que conozco requieren que estén dispuestos a reconocer que se equivocaron en las cosas más básicas de sus creencias. Se requiere que tengan justo lo que les ha faltado: valentía para ser distintos a lo que dicta el poder jerárquico. Tristemente para muchos de ellos, reconocer su equivocación no es una opción aun si por consecuencia deban mantener en estado de genuflexión a todos los que llaman “su familia espiritual”.

Thursday, March 17, 2011

El arte es la destreza

En mi preparación para la sesión de pensamiento creativo, la cual está incluida en el planteamiento del seminario de introducción a la Filosofía en el que estoy participando, estoy investigando acerca de Estética o Filosofía del Arte.

La Epistemología y la Gnoseología se ocupan del conocimiento. El arte no es conocimiento. Puede haber conocimiento en el arte, por supuesto. Pero, el arte es otra cosa. Un artista podría ser por completo ignorante de temas científicos y eso no merma ni un ápice su capacidad de expresión artística y reflexión estética.

El acto artístico crea. La poesía, la pintura, la escultura, la literatura, la música, la danza, la arquitectura, el teatro, la cinematografía, etc., hacen del humano un ser creador. La estética se pregunta qué es un acto creativo y se pregunta por el hechicero fenómeno del arte humano.

El arte es a la estética como la moral es a la ética.

En mi oficio de creación de soluciones de negocio basadas en software ilustraríamos la relación anterior con el siguiente enunciado: Microsoft Visual Studio es a Microsoft Team Foundation Server como Microsoft Outlook es a Microsoft Exchange Server.

El arte es un fenómeno fascinante. La expresión artística hace participar tanto al artista como al observador. De ahí que la opinión de un observador acerca de una obra artística dice más de dicho observador que dice de la obra o del artista.

¿Qué se puede señalar como la esencia del arte? Para empezar, uno de sus rasgos que tanto me atrae es la presencia de la destreza humana que salta a la conciencia cuando nos recuperamos de ese primer impacto contemplativo y logramos preguntar: ¡¿Cómo es posible?!

¿Qué es la belleza? La belleza es toda subjetividad. ¿Es toda la verdad que la belleza está en el ojo del observador?

La lista de destrezas mencionadas en el tercer párrafo arriba suelen llamarse Bellas Artes. Son áreas del actuar humano donde es más notable la expresión estética. Sin embargo, no sólo en esas áreas se puede reconocer a la destreza humana. La ingeniería, las Matemáticas, no están exentas de contener expresión estética. Los seguidores del pragmatismo exagerado podrían opinar diferente pero lo harían para su propio menoscabo, allá ellos.

La filosofía de la técnica no presenta objeción alguna ante la aplicación de la contemplación estética en la creación de soluciones tecnológicas para problemas en cualquier área del quehacer humano, incluyendo los negocios. ¡Especialmente en los negocios! Qué sientes en el estómago cuando te niegan un servicio bajo la inconsciente excusa: “es que no hay sistema”.

Otro rasgo del ejercicio artístico es la provocación de experiencias. ¡Cuánto podrían mejorar las experiencias con las creaciones tecnológicas si quienes las diseñaran contaran con un mínimo de educación artística y estética!

Wednesday, March 16, 2011

Un recorrido

¿Cuáles de mis textos podrían narrar algunos puntos principales en mi recorrido por el cristianismo? Tal vez los siguientes:

Tuesday, March 15, 2011

“La Filosofía ha muerto”

Si sus majestades, en su infinita sabiduría, lo dicen es porque “debe” ser cierto: “La Filosofía no sirve para nada”. Pareciera que eso es lo que están diciendo algunos “líderes” de la educación en México: «La SEP “decretó la muerte de la filosofía”»

¿No es el patrón de conducta de esa elite gubernamental similar a los patrones de conducta de los canallescos líderes de sectas religiosas destructivas? ¿No será que la temible idea de caer en manos de una secta de manipuladores mentales describe la realidad del grueso de la población a manos de estas “autoridades” educativas? ¿Cuál podría ser el sentido de permanecer bajo la influencia de este tipo de religiones y sistemas dogmáticos, donde las elites sólo se rodean de quienes acepten sin cuestionar su opinión y sobre los que puedan edificar su coto de poder? ¿Quién nos asegura que creernos libres de toda manipulación mental no sea, precisamente, señal de que estamos por completo adoctrinados? ¿De verdad estamos seguros que al sistema escolarizante donde nos mandaron nuestros padres desde pequeños no se trató precisamente de una secta socialmente manipuladora, y por lo tanto crecimos conociendo tan sólo una versión del mundo? ¿Segurísima? ¿Qué no así de segura está, también, la niña talibán, o el niño musulmán, o el católico, o el protestante, o el ateo, o el teísta, o el republicado, o el demócrata, o el niño nacido en cualquier otro ambiente sectario como los mencionados? ¿Nos es acaso una prueba de nuestro adoctrinamiento el hecho de permanecer sin hacer mucho mientras que son vejados el grueso de nuestros congéneres bajo el yugo dogmático de los sistemas de estricto comando y control jerárquico, como son los que produce el artificial sistema monetario mundial? ¿Qué dice eso de nuestro supuesto “libre albedrío”? ¿O de nuestra moralidad?

Me pregunto si resultará suficiente la batalla que está librando la gente que sí cae en cuenta de las implicaciones de políticas “educativas” —adoctrinantes sería un mejor término— que denuestan al pensamiento filosófico y que privan a las inermes generaciones venideras de la posibilidad de aprender a pensar por sí mismas: Carmen Trueba Atienza habla sobre la desaparición de la filosofía en México por parte de la SEP.

Históricamente, ¡claro que la muerte de la Filosofía ya ha sido declarada anteriormente por filósofos profesionales y científicos de no poca monta! En repetidas ocasiones. Un ejemplo reciente: el profesor Stephen W. Hawking en relación a la pauta de la Ciencia para obtener conocimiento confiable a pesar de compartir con la Filosofía un mismo carácter especulativo. Pero nunca se han referido a los elementos fundacionales del pensamiento humano, de los que trata una buena introducción a la Filosofía. Mientras que esa introducción a la Filosofía es lo que esos zopencos “líderes” están tratando de mermar.

Tuesday, March 08, 2011

Equivocidad

He estado equivocado tantas veces, y de tantas maneras, que casi puedo asegurar —he aquí algo que casi con certeza se puede afirmar— que estoy equivocado también en este momento. Una conclusión consiste en reconocer que tal ha sido, es, y será mi estado permanente: la equivocidad. En menor o mayor medida, dependiendo del tema, pero finalmente equivocado acerca de tanto. Y no sólo en temas triviales sino en temas supuestamente relevantes, a mi propio decir.

Lo que me provoca muchísima curiosidad es nuestra tendencia, como seres humanos, a estar equivocados. ¿Qué siento cuando estoy equivocado? Me siento muy seguro tal que pronuncio todo tipo de locuras. Es después, al caer en cuenta de mi equivocación, que reconozco mi locura y percibo el vacío donde estaba parado. ¿Y quién me dice que ahora mismo no estoy diciendo una locura? Es para seguir analizándome. De otro modo no me estoy alejando lo suficiente de lo peligroso del dogmatismo exagerado.

El estado de equivocidad parece ser un perenne rasgo humano. Por muchos años mucha gente estuvo por completo segura que la Tierra era el centro del Universo. Estaban equivocados. Muchos “científicos” estaban muy seguros, casi absolutamente seguros, de la inutilidad de buscar más allá de la verdad newtoniana. Estaban equivocados. Hay bases para sospechar que muchas de nuestras más preciadas creencias hoy en día también tendrán el mismo destino más adelante en la flecha del tiempo: develarse como equivocaciones.

Kathryn Schulz escribe acerca de este estado de equivocidad en nosotros, en su libro: Being wrong - Adventures in the Margin of Error. También ofreció una conferencia al respecto: Kathryn Schulz: On being wrong.

Por lo tanto, parece tener sentido permanecer ávido por develar nuestras equivocaciones actuales, lo antes posible, para pasar a las equivocaciones futuras e ir descartando cuantas equivocaciones sea posible en nuestra búsqueda por el conocimiento que explique el mayor número viable de casos —experiencias e intuiciones— en nuestra vida. Especialmente en los temas de mayor relevancia personal. Es decir, si tengo un real interés en profundizar en un tema dado procuraré entonces encontrarme equivocado frecuentemente en dicho tema. De otro modo, si permanezco en “lo correcto” por mucho tiempo es señal de que no tengo un interés real para profundizar sobre dicho tema, y tan sólo prefiero la egolatría de sentirme en lo correcto.

Por supuesto, no todas las equivocaciones tienen el mismo potencial para develar hallazgos relevantes. Entre todos nuestros errores, habrá algunos que logren espolear cambios más significativos en nuestro estado de conciencia. El repetir una misma equivocación seguramente no conlleva el mismo poder descubridor en comparación con la comisión de nuevas y más variadas equivocaciones. Por lo que la potencia del error está en su versatilidad.

«El conocimiento se incrementa no por la coincidencia de imágenes mentales con el mundo real (que Hume apuntó es imposible), esto es, no por la percepción directa de la verdad, pero por una tendencia implacable hacia la percepción del error. Esto es tan cierto para el conocimiento vernáculo como lo es para la ciencia» —Kenneth Boulding

Sunday, March 06, 2011

Pedante

¿Qué es ser pedante? Para iniciar una libre búsqueda del sentido de esta palabra podríamos recurrir al diccionario —como punto de partida, pero no como punto de llegada, hacia tal sentido. La vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española ofrece dos acepciones. De las cuales, la primera es la que me ocupa hoy:

Pedante: Dicho de una persona: engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala o no en realidad.

En esta acepción la palabra pedante es un adjetivo, es decir, y con base en la tradición gramatical grecolatina, no refiere una sustancia sino un accidente o condición contingente de una sustancia. Al decir, por ejemplo:

El autor de este blog es pedante

El autor, como sustancia, puede tener a la pedantería como una de sus propiedades pero esa condición no es parte de su esencia. El autor es libre de cambiar tal propiedad por otra que manifieste más fielmente su ser.

“Adquirí una evidente presunción pedante y un ligero toque de ostentación, que posteriormente, gracias a Dios, me he curado completamente” —Benito Pérez Galdós

Me pregunto si la distinción entre sustancia y accidente, que corresponde a los sustantivos y a los adjetivos respectivamente, podría servir para reconocer la realidad del abismo entre las personas y las ideas. Pues personas e ideas no son lo mismo. El no distinguir la diferencia, y confundir personas e ideas, explica nuestra enorme dificultad para percibir positivamente al examen crítico de nuestras ideas. Esta miopía explica el porqué solemos transferir al terreno personal la crítica de lo que no es, en realidad, parte de nuestra persona. El análisis crítico está centrado en las ideas y no en las personas. No está dirigido a la sustancia sino a sus propiedades o condiciones contingentes que pueden ser cambiadas sin afectar a la sustancia en sí.

La propiedad de pedante es...

  • una demostración ostentosa e inapropiada de conocimientos

  • un vicio

  • una marcada tendencia por centrar la atención en demostrar conocimientos, especialmente en aspectos triviales o de miras estrechas.

  • una preocupación excesiva por el formalismo, una atención desmedida y arbitraria a las reglas, a los detalles y a la precisión

  • pertenecer quisquilloso en el uso del lenguaje

  • una exposición formal, aburrida, y sin inspiración, de la erudición propia o ajena

  • un estilo de escritura que raya en el sermoneo, con tono erudito y académico pero a menudo demasiado difícil y distante

  • poner el mayor esfuerzo en alcanzar lo correcto y eliminar toda ambigüedad

El adjetivo pedante aplica cuando el acto de expresar conocimiento es inoportuno, inapropiado, vano, inútil, trivial. Cuando tal acto resulta útil, oportuno, relevante, entonces el adjetivo de pedante no aplica. Por lo tanto, interpretar algo como pedantería, también, conlleva una responsabilidad compartida entre quien escribe y quien lee.

Por otro lado, la desproporción y el exceso por la escrupulosidad, por la exactitud en las formas, por el cuidar el agua del baño por encima del bebé recién bañado, representan un desatino más en la religiosidad del ser humano que, como punto ciego, cuesta mucho trabajo modificar. No es sorpresa entonces el estado de equivocidad tan frecuente en la raza humana en general, y en mí particularmente.

Thursday, March 03, 2011

¿Cosmovisiones?


El delito dogmático

¿Por qué la religión dogmática debe ser considera un delito, y por lo tanto, ser procesada legalmente como un abuso en contra de niñas y “adultos”?

Entre muchas otras cosas, sugiero lo siguiente: por la cantidad de daño que implica el cercenar la mente de una persona y así agregar un impedimento adicional que le prive de vivir su vida a plenitud. El abuso que implica esto es comparable a una violación sexual, pero en el terreno psicológico.

Sin importar las buenas intenciones de la gente religiosa dogmática, las consecuencias de su proceder son tales que su comportamiento no está alejado del de una enfermedad mental. De la cual la infancia y muchos “adultos” deben ser alertados debidamente.

Por favor, amable lector, no tropiece al interpretar mis palabras como una generalización en contra de la religión en su conjunto. Aquí estoy hablando de lo peor de la religión, del dogmatismo exagerado, de aquello que, a sabiendas, una madre o padre nunca expondría a sus hijos.

Enlisto a continuación algunos de mis textos en donde busco explicar las sutilezas del asunto, pues mi principal denuncia es en contra de las ideas provenientes del dogmatismo exagerado, no en contra de la religión en su conjunto. Lamentablemente, un ataque al dogmatismo exagerado suele interpretarse como un ataque a la religión debido a la poca profundización que muchas personas hacen en sus propias creencias. La siguiente lista de textos es un inicio, aunque casi la totalidad de este blog —a la fecha— está dedicado al tema en cuestión:

Como es evidente, no soy un escritor profesional. Temo que seré gravemente malinterpretado, como suelo serlo. Por eso con gusto estaré encantado de abrir un diálogo o debate en este blog para discutir cualquier asunto que mis palabras amerite.