Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Thursday, April 26, 2012

Ph. D.

—¿De qué va tu más reciente Ph. D.?

—¿Qué, de qué me hablas? Yo no estoy registrado en ninguna institución universitaria.

—Sí, lo sé; pero eso no tiene relación con mi pregunta.

—Cierto; pero empujar los limites de mi conocimiento es trabajo duro, y eso de pensar y cuestionar mis opiniones actuales realmente no es lo mío. Yo ya no estoy para averiguar si soy parte de los problemas en el mundo o parte de las soluciones.

Pensamiento doctoral

Friday, April 13, 2012

Nota para el Movimiento Zeitgeist

Muchos puntos planteados por el Movimiento Zeitgeist son muy relevantes para entender los graves problemas de la sociedad en nuestros días. Me parece importante que cada vez más individuos tengan la oportunidad de discutir esos, y otros, puntos en relación al rumbo de la Humanidad, y también discutir cómo los individuos podemos participar en los posibles cambios de rumbo.

Si el objetivo actual del Movimiento Zeitgeist es divulgar lo que pueda provocar mayor conciencia en los individuos entonces tendría sentido considerar un enfoque con el cual disminuya la visibilidad del movimiento en sí mismo en favor de aumentar la visibilidad del diálogo y de la discusión sobre los problemas y las alternativas de solución.

La razón por la que propongo ese enfoque es que ya en el pasado he visto con cuánta facilidad grupos de activistas, que inician con algunas buenas ideas, y muy buenas intenciones, se transforman rápidamente en una especie de secta religiosa llena de recalcitrantes fanáticos y eso puede ocurrir en la medida en que se divulgan sus ideas entre más personas y se diluyen paulatinamente las intenciones originales.

Para que las buenas ideas de los pensadores detrás del Movimiento Zeitgeist, y de otros pensadores igualmente notables, no tengan el desafortunado desenlace de perderse entre el ruido de la colectividad, de la identidad grupal, del entusiasmo exagerado, y del afán por tener la razón a fuerza de elevar la voz, es que considero propicio ese enfoque en lugar del enfoque de apoyar a un grupo o movimiento en particular.

Por eso, en mi caso, yo busco un activismo personal y sin relación alguna con ningún grupo, pues no considero necesario ser parte de ningún grupo o movimiento para poder dialogar y discutir con las personas a mi alrededor sobre los acuciantes problemas en el mundo y las posibles alternativas de solución.

Con mi activismo personal busco promover el regreso a los básicos de la reflexión, los básicos que parten de hacer preguntas y cuestionarse uno mismo. No divulgo respuestas ya concebidas pues para mí, en el asunto de la transformación personal y la mejora de conciencia, es más pertinente que los individuos tengan la oportunidad de formarse sus propios juicios de manera autónoma. La siguiente página muestra un ejemplo del tipo de reflexiones con las que suelo invitar al diálogo y a la discusión:

Soy el sistema

——

Note for the Zeitgeist Movement

Many points raised by the Zeitgeist Movement are very relevant to understand the serious problems of society today. I think it is important that more and more individuals have the opportunity to discuss those, and others, points in relation to the course of mankind, and also discuss how individuals can participate in possible changes of direction.

If the current goal of the Zeitgeist Movement is to disclose what could produce greater awareness in individuals then it would make sense to consider an approach by which the visibility of the movement itself decreases in order to increase the visibility of the dialogue and the discussion on the problems and solution alternatives.

The reason why I propose such an approach is that in the past I've seen how easily activist groups, which begin with some good ideas, and very good intentions, are quickly transformed into a sort of religious cult full of bigots; and that could happen when their ideas are disseminated among more people and the original intentions gradually fade away.

In order to the good ideas of the thinkers behind the Zeitgeist Movement, and other equally notable thinkers, do not have the unfortunate outcome of being lost among the collective noise, group identity, exaggerated enthusiasm, and the eagerness to have the reason by raising the voice, is that I think is prudent to think about this approach rather than the approach of supporting a group or movement in particular.

Therefore, in my case, I am looking for a personal activism unrelated to any group, because I don't consider necessary to be part of any group or movement to be able to talk and discuss with people around about the problems in the world and the possible alternative solutions.

With my personal activism I try to promote a get back to the basics of reflective thinking, to ask questions and challenge oneself. I do not disclose answers already conceived because for me, in the matter of personal transformation and improvement of consciousness, is more relevant to give individuals the opportunity to make their own judgments autonomously. I usually start by asking questions I myself actually have and not as a mean for directing the dialogue to my own goals. For example, how it is fair to say that we are part of a socioeconomic system and a single part could help to change that system?

Un diálogo sobre la coincidencia de los extremos

Publico a continuación otro diálogo informal y espontáneo con Gustavo Sassano, en esta ocasión sobre algunas posiciones extremas del teísmo y del ateísmo. Agradezco su honestidad y franqueza al concederme publicar libremente todas sus palabras que yo quiera; mismas que reproduzco literalmente aquí con especial esmero y sin ningún tipo de edición de mi parte.

Si bien mi intención principal al publicar estos breves diálogos es mi propia autocrítica posterior, también es una manera de documentar algunos de esos diálogos que resultaron muy notables para mí pues me provocaron la reflexión y me espolearon para poner en orden muchas ideas.

Gustavo:

Me dan risa los post contra los creyentes y los post contra los ateos.

El ser humano es tan vastamente despreciable como para poder ponerlo en una caja con un rótulo o etiqueta de cualquier clase.

Los hay malditos y muy malditos con toda clase de creencias o no creencias.

Y el verdadero dios de este mundo es el dinero, el cual tiene la mayor cantidad de creyentes y sacerdotes, y en cuyo altar se hacen los mas grandes sacrificios en contra de la mas elemental humanidad.

Marco:

La parte de tu post acerca del amor y la adoración por el dinero me hizo recordar la siguiente reflexión:

«He encontrado el eslabón perdido entre el mono y el hombre civilizado: somos nosotros» —Konrad Lorenz, premio Nobel, fundador de la etología moderna.

Pienso que muy pocos podríamos llamarnos justificadamente un “hombre civilizado” pues la especie humana aún no llega a esa etapa evolutiva si consideramos el estado de miseria actual en la sociedad humana; un ejemplo de tal miseria: el dinero como sinónimo de riqueza:

El dinero y el perro

Está claro que tu post no hace mención explícita sobre el amor o la adoración por el dinero, eso ya fue la interpretación que yo agregué ante lo que dices que el verdadero dios de este mundo es el dinero.

Gustavo:

A mi no me queda duda que mas alla de todas las creencias que existen, la adoración al dinero tiene la iglesia mas grande, lejos!

¿No te resulta increible, que cuando se trata de dinero, todas las creencias quedan atrás? ¿Y que se hacen sacrificios por dinero que incluyen la familia, el descanso, la paz, etc, etc, etc y que exceden por mucho cualquier sacrificio que se haga por alguna otra cosa?

Aca en FB se ponen muchos post por parte de los creyentes y muchos en contra de la religión, y pocos se miran adentro y encuentran un fanatismo tan o mas peligroso como el que critican tan sueltos de cuerpo en otros.

Marco:

Ciertamente es sorprendente ver al mercantilismo convertirse en una religión vulgar, es decir, descuidada y “muy práctica”, tal que sin mucho esfuerzo se llena de fanáticos acólitos que interpretan todo suceso a través de sus lentes del “mundo real”; y que van por la vida, muy seguros de sí mismos, propagando su versión del mundo como la única “correcta”.

Las corporaciones basadas en la codicia, por la que buscan crecer más y más y más, ciertamente tienen muchos rasgos en común con las iglesias y la religión institucionalizada, con sus prelados jerárquicos y entronización de personas como si fuesen algo superior al resto.

Pero si usamos y dependemos del dinero entonces somos parte de este sistema, el cual para mí es un sistema inmoral, y escucho a mucha gente quejarse de los excesos pero que, al mismo tiempo, considera que el sistema está bien y sólo hay que tratar de arreglar algunas malas aplicaciones. Pero ahí radica parte del problema: creer que el sistema está bien y que se puede componer.

Creo que parte de la solución, como inicio, es rechazar esa idea. Un sistema alimentado desde su diseño por la escasez y la deuda, que sólo funciona para aquel capaz de cada vez mayores niveles de codicia, no puede estar bien. Está mal y es necesario documentarse de cómo es posible una transición a otro sistema, uno distinto en el que el concepto de dinero desaparezca.

Gustavo:

Volviendo al primer punto de mi post, los que creen que es la religión o el ateísmo los que traen tantos problemas al mundo, creo que se quedan muy cortos en su análisis. Hay mucha religión que ha traído muchas cosas buenas a este mundo, como ateos con sus planteos y acciones.

Y en ambos grupos hay un montón de malditos regidos en su gran mayoría por el fanatismo mas retrógrado y la codicia mas perversa, que sin duda son una verdadera maldición para la humanidad.

Ser creyente en algo no te hace bueno y ciertamente ateo tampoco.

Sentirse mejor por ser lo uno o lo otro, me parece de un reduccionismo muy barato típico de las personas muy básicas.

Marco:

Sí, estoy de acuerdo. Pensar sólo en términos de extremos me parece un pensamiento muy superficial, pues esos puntos supuestamente opuestos, cuando se interpretan de manera superficial, terminan siendo lo mismo; reflexioné sobre eso en esta página:

Con medida

Ahora, el teísmo y el ateísmo, ambos, son conceptos relativos cuyo significado varía dependiendo de la cultura y época en la cual se apliquen. Por ejemplo, muchas personas hoy no creen en Zeus o en Poseidón o en Odín, por lo tanto son ateas en relación a esos dioses; y los habitantes de la Grecia antigua o de los países escandinavos de hace siglos, que creían fielmente en esos dioses, se consideraban teístas consumados.

Por otro lado, cuando se considera el concepto de «religión» de manera amplia, antropológicamente, podríamos ver que tiene poca relación con la desafortunada situación que se observa en la religión institucionalizada. Por ejemplo, me parece que los aspectos positivos de la acción religiosa, como la ayuda incondicional a quienes necesitan ayuda oportuna, tiene más relación con esa consideración amplia de la idea de religión que con las instituciones adoctrinantes, anquilosadas y separatistas de hoy, por ejemplo las instituciones provenientes de las tradiciones abrahámicas.

Y como apuntas, esa acción religiosa —de reverencia por lo bueno o lo bello— puede ocurrir tanto en ateos como teístas.

Gustavo:

Dawkins y Harris últimamente están ansiosos por probar que no se necesita ser creyente para ser una buena persona.Realmente lo considero un planteo bastante innecesario. ¿Quienes son las personas que necesitan una religión para entonces ser personas buenas? Eso me parece muy pobre. Esas personas no entendieron el principio mas básico de la religión.

Por el otro lado, ser ateo no garantiza estar fuera de muchos otros fanatismos que realmente son bastante esclavizantes.

Marco:

Es cierto, así lo he observado; a decir de sus actitudes y de su propaganda algunos fanáticos ateos en los hechos no son ateos sino anti-teístas, por lo que parece que el todo de su cosmovisión está definido sólo en términos de su oposición a la religión, y desafortunadamente con eso terminan oponiéndose a mucho de lo que es o puede llegar a ser la humanidad en ellos mismos.

Por otro lado, no se necesitan anti-teístas para comprobar lo inútil de las milenarias pugnas por la ortodoxia religiosa; es decir, los anti-teístas fanáticos intentan denunciar los excesos de las posiciones recalcitrantes de la religión institucionalizada, y su intento suele fallar pues ellos mismos adoptan una posición igualmente recalcitrante. Por lo que si dependiera de los anti-teístas fanáticos entonces no habría argumento sólido en contra de los teístas fanáticos, pero con un poco de indagación teológica se puede comprobar que los principales argumentos teóricos en contra del teísmo recalcitrante no provienen de fuera sino de, precisamente, el propio teísmo.

La heterodoxia abunda dentro de cada una de las tradiciones abrahámicas, los textos en sus propios libros sagrados sirven como evidencia. Por ejemplo, Antiguo y Nuevo Testamento, por igual, carecen de una opinión uniforme sobre algún tema relevante en el imaginario popular; tomemos el caso de la idea de un solo dios judeocristiano, en el Antiguo Testamento se pueden encontrar conceptos distintos de divinidad y relaciones de jerarquía entre dichos conceptos, por ejemplo entre la divinidad máxima El y sus descendientes Yahvé y los Elohim —y esto desde una sola escuela de pensamiento teológico, pues hay múltiples escuelas de pensamiento al respecto.

Así que la punga por la ortodoxia —ya sea esta atea o teísta— me parece inútil.

Cada individuo podría decidir por sí mismo ante estas pugnas, y encontrar lo que coincida con su propio ser al no estar condicionado por enajenamientos, si se le da la oportunidad de desarrollar sus propias facultades. Pero muchos nos hemos dejado llevar por la influencia de quienes afirman presuntuosamente tener conocimiento que realmente no tienen. Hoy en día escucho a posturas opuestas de manera muy distinta. Por poner unos ejemplos aleatorios, a manera de ilustración de este tema:

De lado de los anti-teístas:

Your faith is a joke de Pat Condell.

De lado de cierto tipo de teístas:

The Purpose Driven Life - Rick Warren

El Propósito De Dios para la Humanidad: La Vida Eterna En La Tierra

Gustavo:

Mira, todo esto lo despertó una foto que circula en FB, de un astronauta ruso que desde el espacio dice que desde ahi no ve a ningún dios. Yo me pregunto: ¿Cuán pelotudo hay que ser para pararse en el umbral de la tierra y pretender que se sabe todo? Es un pobre infeliz que esta ante la inmensa y aplastante vastedad del universo presumiendo que se las sabe todas y no sabe ni la millonésima parte.

Si la vastedad del universo tiene un propósito, es callar a las bacterias que somos nosotros, porque si nos comparamos con la grandeza del universo, apenas si llegamos a bacterias. Y no conozco a ninguno de nosotros que se digne a conversar ni siquiera con hormigas que al menos se ven a simple vista. Me calenté!

Thursday, April 12, 2012

Soy el sistema

¿En qué enfoco mi atención? ¿Cuáles son los temas que toman la mayor parte de mi esfuerzo y de mi esmero al reflexionar? ¿En cuáles temas mantengo un cabal estado de ignorancia? ¿Cuáles de esos temas que ignoro podrán ser por completo relevantes para el futuro no sólo de mi diminuto círculo de influencia sino de la biósfera de este planeta? ¿Es posible lograr coherencia al pensar “globalmente” y actuar localmente como consecuencia de ese posible esquema global?

Pero para comunicar efectivamente el sentido desde el cual hago esas preguntas debo primero intentar aclarar algunas cosas. Por ejemplo, con pensar “globalmente” quiero decir lo que pueda corroborarse como verdadero de una manera común, aquí y en todas partes del mundo. Sin embargo, dado que el fenómeno humano es tan diverso, tal que las diferentes formas de multiculturalismo apenas pueden ser enumeradas, entonces ¿cómo se podría pensar globalmente? Y, quizá más importante, ¿para qué pensar globalmente? Por pensar globalmente intento decir algo similar a la idea de buscar la verdad o la idea de pensar objetivamente; es decir, mantener la disposición intelectual por distinguir si hay fantasmas que sólo viven en mi cabeza o si la materia del discurso tiene referente en el mundo afuera de mi cabeza. En todo caso, se trata de una aspiración, de algo a lo que se intenta llegar aunque nunca sea justificable afirmar haberlo conseguido. Por lo cual, pensar globalmente es inherentemente un intento de humildad, de reconocer lo poco que se sabe, sin la presunción de poseer conocimiento que realmente no se tiene. Esto es especialmente importante pues ese tipo de presunción es, en parte, causa de los acuciantes problemas en la sociedad y de ningún modo se justifican posiciones absolutistas, “visiones globales”, que como dogmas se impongan sobre los demás.

¿Estará justificado decir que cada individuo está compuesto por sistemas, e.g., físico-biológicos, y que, al mismo tiempo, es una parte dentro de un conjunto de sistemas, simples o complejos, físicos o sociales, que lo engloban a diferentes escalas, e.g., sistemas económico-políticos, sistemas de creencias, sistemas urbanos, etc.? Si esto es cierto, entonces quizá está justificado decir también que habría sistemas locales que forman parte de sistemas a escala global o mundial. Así, si consideramos el potencial del humano para desarrollar sus facultades propias, entonces es posible que un individuo logre tomar conciencia de un número cada vez mayor de estos sistemas que lo componen o de los cuales es una parte. Si atisbamos la historia de las ideas vemos que se justifica pensar que dicha conciencia puede derivar en la transformación de algunos tipos de sistemas —en particular los sistemas que el propio humano ha inventado, e.g., el sistema monetario mundial— a partir de una simple idea que, al desarrollarse, se convierte en una idea común. Al inicio, quizá, tal idea se puede etiquetar como una herejía simplemente por no ajustarse a lo establecido, pero luego, si corresponde con la realidad o implica una nueva realidad, la idea llega a formar parte del sentido común en una determinada época. Por ejemplo, ¿no acaso, en sus inicios, se consideró absurda la idea de hablarle a un aparato de telefonía en lugar de directamente a una persona? ¿Alguien hoy considera absurdo hablar por teléfono con alguien más?

Por lo tanto, no se justifica afirmar que es inútil tomar conciencia de los sistemas de los que somos sólo una parte, debido a que no hay manera —dicen— de cambiar al “mundo real” y que, como individuos, sólo nos corresponde obedecer y seguir la voluntad de la mayoría, ya que la mayoría es quien tiene la fuerza, y la conciencia de un individuo no puede lograr ningún cambio relevante.

Tanto no se justifica afirmar lo anterior que para mí, hoy, es evidente que tomar conciencia de los sistemas de los cuales soy una parte es, como humano, no sólo posible sino indispensable. En otra ocasión será pertinente reflexionar sobre mis propios vacíos éticos, como la cobardía, la codicia o la autocomplacencia, por los cuales, desde el fondo y en los hechos, lograr dicha conciencia no deriva en una razonada oposición sino a un silencio cómplice.

Cambiar al sistema establecido en su conjunto es una tarea colosal. Sin embargo, en la relación del todo y sus partes el individuo tiene su responsabilidad como parte del sistema, y sospecho que me corresponde también a mí rendir cuentas del estado de la situación. No se justifica decir que la clave del cambio está en “ellos” pues no hay tal “ellos” cuando yo soy parte del mismo sistema. Como miembros del sistema que somos, una de las mejores y más constructivas aportaciones que podemos hacer es la autocrítica; y como yo soy el sistema entonces esa autocrítica incluye el más severo y cruento análisis crítico hacia el sistema, que no a las personas en general pero sí a sus acciones pues no falta quien piense que defender al sistema es algo positivo tan sólo porque le beneficia en lo personal. Hay quien defiende al caduco sistema simplemente porque no quiere verse a sí mismo en la pena de reconocer que se equivocó o quiere evitarse el esfuerzo de mejorar por sí mismo sus opiniones. Hay quien ha dejado crecer su ego de una manera tan desproporcionada y monstruosa que de hecho está dispuesto a sacrificar a otros humanos con tal de que no se toque su ego: “¡Tengo que, por fuerza, estar en lo correcto, los equivocados son los demás!”

Thursday, April 05, 2012

¿Liderazgo?

Durante los más de veinte años que fui miembro de la Iglesia Internacional de Cristo (ICOC), y durante diez años —anteriores a ese periodo de veinte años— como parte de otras sectas religiosas católicas y evangélicas, observé y aprendí muchas ideas positivas que luego se tornaron negativas y también ideas negativas que luego se tornaron positivas; las ideas positivas que han permanecido positivas no son ideas religiosas sino ideas humanistas o humanitarias. Un poco sobre mi recorrido personal y la evolución de mi pensamiento sobre el tema religioso se puede consultar en la siguiente página, la cual he actualizado periódicamente: Un recorrido.

En esta ocasión quiero reflexionar sobre una idea que creí positiva pero ya no la considero así: liderazgo. Cuando he mencionado esto no ha faltado quien replica apresuradamente afirmando que el liderazgo es absolutamente necesario para el avance y el progreso de la sociedad y que ningún logro puede alcanzarse sin la presencia de una persona a la cual seguir, reconociéndola como jefe u orientador.

Después de cuestionar y discutir un par de minutos al respecto se hace evidente que quien sostiene esa opinión carece de información sobre las experiencias, los resultados, y el esquema conceptual del trabajo cooperativo entre iguales. Al parecer los esquemas sociales jerarquizados —cuyo origen se puede trazar desde las tradiciones religiosas abrahámicas de la antigüedad y cuya formulación teológico-filosófica ocurre en la Edad Media, con Tomás de Aquino— están muy impregnados en el imaginario social, debido, en parte, a los efectos mentales del adoctrinamiento religioso en la infancia o juventud y que se han perpetuado tradicionalmente por generaciones.

Pero la «tradición», como proceso social, si bien es necesaria para aprender cosas útiles, como el lenguaje, no debe ser tomada como justificación para sostener una opinión, debido a que el contexto original de una idea no se transmite junto con la idea en el proceso de la tradición, y por lo tanto no se puede revaluar la pertinencia de la idea ante nuevos contextos. Una opinión necesita mucho más que la tradición para sostenerse; un buen soporte para una opinión consta de un conjunto de evidencias de tipo variado. ¿Cuál es la evidencia para afirmar que el liderazgo es absolutamente necesario?

Ante tal pregunta, en tono de completa seguridad, he escuchado la respuesta: “la sociedad tal y como la conocemos, ¡esa es mi evidencia!”, y no deja de causarme mucho asombro tal respuesta. ¿El progreso de la Humanidad se ha debido a la presencia de una persona a la cual seguir, reconociéndola como jefe u orientador? ¿O, quizá, se ha debido más a personajes cuestionadores, inquisitivos y curiosos, que en plena rebeldía en contra de lo establecido han investigado y con sus propias mentes y manos han forjado algo para un mayor bienestar general? El liderazgo, popularmente entendido, parece funcionar para mantener lo establecido, o para mantener las prioridades de unos pocos por encima de las prioridades de muchos, pero no para servir al progreso o mejora, para romper con lo establecido, para avanzar a otros estados de mayor bienestar general. Por eso, tanto en aspectos personales, e.g., la libertad de conciencia, como en aspectos profesionales y políticos, ese concepto de liderazgo dejó de ser positivo para mí.

Sospecho que muchos, en posiciones de ese tipo de liderazgo jerárquico, son lo suficientemente inteligentes para tomar completa conciencia de lo negativo de su rol y quisieran cambiar o abandonar tal posición de liderazgo, pero la presión jerárquica “de arriba y de abajo”, y también la presión personal o familiar, suele ser mucha y no ven cómo podrían cambiar el rumbo de su vida hacia algo que edifique su persona con base en su ser propio. O quizá algunos de esos líderes anhelan intentar ser ellos mismos en lugar de seguir lo que la sociedad les ha dictado que deben ser. He sabido de no pocos líderes que han logrado por ellos mismos hacer ese cambio, para bien de ellos mismos. Pero sospecho que habrá otros muchos que no saben cómo proceder o cómo siquiera platicar con alguien del asunto.

Sin embargo, tal como no falta quien ayude a una persona a entrar en un esquema de absoluto comando y control jerárquico —sea en una organización religiosa o corporativista— así también no falta quien ayude a una persona a salir de ella. Recién me topé con el siguiente artículo y video que menciona una comunidad que presta oídos para aquellos líderes —en este caso clérigos o ministros de culto— que gusten platicar de sus inquietudes al respecto.

Algunas referencias:

Pastor Abandons Flock for Atheism: MyFoxHOUSTON.com

Tuesday, April 03, 2012

El cielo

Aquí quiero elaborar un poco más lo brevemente mencionado sobre «El cielo» durante un breve intercambio de ideas con Gustavo Sassano acerca de la educación. Interpreto la mención de la idea de cielo, en dicho diálogo, como una alusión a una de las posibles postrimerías que plantean las teorías teológicas cristianas tradicionales*, entre las cuales están algunas teorías católicas, greco-ortodoxas, y también protestantes o evangélicas —las otras postrimerías o novísimas son la muerte, el juicio final y el infierno—. Según estas teologías, el cielo sería una de las posibles situaciones últimas del ser humano, un posible destino final. Todas estas postrimerías implican el concepto de la vida perdurable o vida eterna, y tal vida consistirá de sólo una de dos posibilidades: la felicidad eterna o la desdicha eterna.

*Aclaro que no todas las tradiciones religiosas abrahámicas incluyen el concepto de «cielo». Por ejemplo, algunas teorías teológicas judías no contemplan ningún tipo de vida después de la muerte natural. Sin mencionar otras tradiciones religiosas, como algunas tradiciones orientales, que carecen también de dicho concepto de «cielo».

Las dicotomías absolutistas que se derivan de ese tipo de teorías teologías no dejan espacio para tonos de gris sino que cierran por completo la puerta a la discusión de un tema que ha contado con relevancia filosófica por siglos: respuestas últimas a preguntas de trascendencia, «aquello que está más allá de los límites naturales, y desligado de ellos». Tema para pensar con calma y sin saltar apresuradamente a conclusiones. Pero si cuando niños o jóvenes fuimos adoctrinados con las ideas de esas teologías dogmáticas entonces podrían forman parte de la cosmovisión por la que ahora nos orientamos en la vida adulta —quizá con mucha mayor frecuencia de la que estamos dispuestos a reconocer. De cualquier modo, imagino que llega un punto para muchos adultos en que necesitamos revisar a fondo lo implicado por los opuestos referidos por las palabras «cielo» e «infierno». Refiero una reflexión sobre el análisis de opuestos: Con medida.

Sobre el estado ulterior del humano —regreso a Gustavo— podemos imaginar un estado sublime de conciencia en una sociedad donde una educación científico-filosófica nos libere y la vida en su conjunto pueda desarrollarse a plenitud en nuestro propio planeta, sin necesidad de postergar ese estado y esperarlo para cuando la vida humana haya terminado. Aquellas teologías dogmáticas presentan panoramas de tiempos antiguos, cosmovisiones pre-científicas, conservadas a fuerza de no cuestionarlas a fondo, por lo que el individuo de hoy enfrenta la decisión de evaluar la relevancia de tales teologías ante conocimiento confiable disponible ahora. Los individuos contamos con relativamente pocos años de vida, comparados con los eones geológicos o los astronómicos, pero de esa vida quedan sus efectos, principalmente en las siguientes generaciones. De ahí la relevancia de repensar el concepto de «cielo», de «paraíso», de «infierno», pues con qué derecho esta generación, y sus teologías dogmáticas, estorba a las siguientes generaciones para imaginar y avanzar hacia lo posible: la integración sustentable de la especie humana en la totalidad de la biosfera terrestre. Sin ser teólogos, autores como R. Buckminster Fuller y Kiyoshi Kuromiya, en su obra Critical Path, ofrecen reflexiones que pueden ayudar al individuo a replantear, con un sentido más honesto, lo que puede ser tanto el paraíso como el infierno aquí mismo en la Tierra.

Aquellas tradiciones dogmáticas dicen: «Los que van al cielo son los que mueren en estado de gracia y los que han satisfecho enteramente a la justicia divina». ¿Qué es el estado de gracia? ¿Cómo se satisface la justicia divina? Por supuesto, aquel interesado en respuestas justificadas deberá hacer un mínimo de investigación teológica y será usual que de tal indagación no se obtengan respuestas simplistas y “prácticas” sino esquemas teóricos que requieren interpretación concreta por parte de los individuos. Tradicionalmente son los prelados jerárquicos eclesiales quienes hacer el trabajo interpretativo que luego las masas deben engullir cual papilla. Pero cuestionar tales interpretaciones y sus fines es parte de ese replanteo que un individuo interesado en mejorar sus creencias y opiniones necesita realizar a conciencia; es decir, «como Dios manda». Así podrá sopesar la situación y ver cuánto soporte tiene la conclusión “la recompensa sucede allá, no aquí” de aquellas teologías dogmáticas anquilosadas.

Lo arriba planteado implica una deconstrucción de aquellas teorías dogmáticas de tradiciones religiosas establecidas; estas, típicamente, se han defendido con un paternalismo recalcitrante que etiqueta como “maligno” a todo aquello con tufo posmoderno para de esa manera atraer la atención de los individuos hacia lo establecido como sinónimo de “lo mejor”. Sin embargo, el individuo necesita reflexionar sobre el pensamiento posmoderno pues por ignorarlo no llegará a estar mejor preparado para aportar al inevitable devenir histórico de la sociedad. Además, podría encontrar que algunas corrientes del posmodernismo —el cual aún está en estado de flujo y su definición es aún como una nebulosa— (ver ¿El maligno posmoderno?) empoderan al individuo en lugar de a lo establecido y ayudan a formular una cosmovisión debidamente justificada y alejada del enajenamiento del ser propio. Una cosmovisión donde incluso las virtudes teologales (fe, esperanza, amor), las virtudes morales o cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza) y las virtudes evangélicas (humildad, pobreza, castidad, obediencia) carezcan de interpretaciones descuidadas y, por el contrario, cuenten con una interpretación que ayude a edificar lo que Wilfred Cantwell Smith, en su obra El sentido y el fin de la religión, llama la encarnación de la fe y que es esa cosa un tanto imprecisa denominada: carácter:

«De vez en cuando nos encontramos con personas entre cuyas cualidades destaca la de encarnar su fe de un modo tan claro y espontáneo que uno reconoce de inmediato la evidente finalidad del carácter humano. Entonces nos damos cuenta de lo secundarias e irrelevantes que son otras manifestaciones religiosas, independientemente de que su fe se exprese mediante afirmaciones verbales que nos resultan ajenas o que asuma la forma de un culto que nos parece muy remoto...Si no fuera por el hecho de que nadie se encuentra en posición de juzgar, diría que es mucho más legítimo evaluar una determinada tradición religiosa en función del tipo de carácter que produce su fe que hacerlo basándose en la razón, en la revelación o en cualquier otro criterio de naturaleza impersonal.»

Monday, April 02, 2012

Un diálogo sobre educación

El siguiente diálogo informal y espontáneo con Gustavo Sassano —un intercambio de reflexiones acerca de la idea de educación— contiene varios puntos remarcables que requieren más estudio y más desarrollo. Así que lo publico aquí, con consentimiento de Gustavo, para (1) poder referenciar dichos puntos y (2) hacer evaluaciones autocríticas ulteriores:

Gustavo:

Referencia: Encierran en un aula a estudiantes que adeudaban la matrícula.

Un día, los idealistas vamos a lograr que la educación-comercio NO EXISTA MAS.

Mientras tanto, esta es la HUMILLACION por la que pasan los que dicen que pueden pero no tienen.

Este es un evento que estos chicos, NUNCA VAN A OLVIDAR

EDUCACION LIBRE Y GRATUITA PARA TODO EL MUNDO

Marco:

Pienso en los chicos de ese caso, tanto quienes fueron encerrados como quienes observaron la conducta de todos los adultos involucrados: maestros, administrativos, padres y tutores. Asumo que los padres o tutores aceptaron el compromiso de pagar la matrícula en determinados términos y condiciones. ¿No es parte del auto-control —un rasgo de la educación— el cumplir los compromisos que un adulto acepta? Por otro lado, asumo que el trato de la matrícula fue hecho entre adultos y que los chicos nunca firmaron consintiendo ningún compromiso. ¿No es parte de ejercer la razón propia —otro rasgo de la educación— el reconocer que los chicos no tienen relación explícita con ese asunto del pago de la matrícula?

¿Cuál es el mensaje que los chicos, de hecho, reciben?

Por lo que sí hay una “educación” que es libre y gratuita para los chicos: el ejemplo que les damos los adultos.

Gustavo:

Los chicos recibieron el peor ejemplo de lo que es el capitalismo más salvaje. El mundo al que estos pibes han entrado de la peor manera posible, es el mundo de la avaricia, del dinero, del abuso del que tuvo algún problema y no pudo pagar. Se me ocurren ciento cincuenta métodos para evitarles a los chicos este mal momento.

Pero esto demuestra para qué existe la educación básica paga: PARA GANAR DINERO.

Esta gente NO TIENE NINGÚN INTERÉS en NADIE MÁS QUE EN SUS BOLSILLOS.

Y los padres someten a sus hijos a algo así ¿por qué? ¿Para que sus hijos vayan a escuela privada cuando no la pueden pagar? Como bien decís, nosotros somos los responsables también por esto, pero nada va a justificar la barbarie de estos comerciantes de la muy mal llamada educación.

Si yo soy el INADI esta escuela desde hoy mismo no funciona más; además de inhabilitar para cualquier tipo de cargo en la educación a sus directores. QUE VAYAN A DIRIGIR CUALQUIER COMERCIO QUE QUIERAN, pero no una escuela. Y todos los que miraron sin decir palabra, SON CÓMPLICES.

(INADI es el Instituto que existe en Argentina contra la discriminación)

Marco:

Sí, cuando el dinero y la utilidad son usados como criterio superior —superior incluso que el profesar— entonces la educación se quedó afuera, olvidada. Los maestros y administrativos necesitan que sus propios compromisos sean cumplidos, como el pago puntual de sus sueldos, pero ellos eligieron vivir de y profesar la docencia, se supone que se prepararon para ello ¿cómo entonces se puede aceptar que olviden los rasgos de la educación en su propia conducta?

Gustavo:

Es que es en estos hechos, en que los directores de esta escuela demuestran que es lo que más le importa. La razón máxima de sus vidas no es la educación, sino el comercio, la ganancia. Lamentablemente, la educación y la salud deberían estar completamente fuera de este tipo de discusión monetaria capitalista y salvaje. La palabra SALVAJES CAPITALISTAS se le aplica perfectamente a esta gente. Son una verdadera caca. Yo, elijo no respetar a gente así, ni sus métodos, ni a los padres que dejan a sus hijos en esta clase de instituciones.

Yo soy un idealista en este tema y no pienso negociar mis ideales en este respecto: EDUCACIÓN LIBRE Y GRATUITA PARA TODOS. No lo someto a debate, son mis ideales, al que no le gustan, no se preocupe, que cada uno tenga sus propios sueños.

Marco:

Yo no me describo como idealista, en el sentido filosófico; por ahora mi aspiración consiste en aproximarme al escepticismo mitigado y al realismo crítico. Y en cuanto a educación, pues la auto-crítica. Y en relación con los demás —chicos o grandes— pues promover la idea de comunidades autónomas de indagación, de ahí mi proyecto de Universidad popular, algo como decía Karl R. Popper:

«Si pensaba en un futuro, soñaba con un día fundar una escuela, en la que los jóvenes pudiesen aprender sin hastío y en la que fuesen estimulados a plantear problemas y a discutirlos; una escuela en la que no hubiese que escuchar respuestas no deseadas a cuestiones no planteadas; en la que no hubiera que estudiar sólo por aprobar los exámenes» —Karl R. Popper en Búsqueda sin término.

Universidad popular

Gustavo:

Un día va a ser así. Este no es el último estado de la Humanidad, ni lo es el cielo tan prometido como consuelo de las miserias que sufrimos todos los días. Existe un mundo en el futuro, donde la educación será otra cosa completamente diferente a la forma clasista y separatista de estos comercios llamados escuelas, donde se instruye gente para aprobar exámenes y galardonar al que mejor memoria tiene.

Marco:

Algunas teorías teológicas del cristianismo proponen interpretaciones de la idea de cielo relevantes para el sufrimiento de hoy: el cielo –dicen— no ocurre después de la muerte sino aquí y ahora; cada paso hacia la liberación, cada día de esfuerzo por ser libre de cadenas, se goza de las riquezas celestiales. No hay que esperar nada ni a nadie para experimentar la dicha de ser, cada vez más, uno mismo.

Esas teorías teológicas son parte de las corrientes por un cristianismo no religioso de algunos pensadores posmodernos. La Humanidad, como sea y como puede, estamos dando pasos hacia lo siguiente, lo cual edificamos nosotros mismos. Un sentido humano de educación debe aportar para esa edificación. Por lo que como señal de creatividad, se requieren más y mejores teorías teológicas y educativas.

Gustavo:

Como duele pensar fuera de la caja!! La caja nos propone seguridad, tranquilidad, rutina sana. Pero hay que pensar afuera de lo acartonado de nuestras mentes. Yo no sé si podremos hacer un cielo en la Tierra con la cantidad de egoísmo que circula en nuestras venas, pero al menos, podemos tratar.