Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, August 28, 2016

Sobre «Dios» — Fe vs educación


Recién en una conversación escuché que una cristiana “perdió su fe” por causa de haber leído un libro sobre los métodos y los resultados de algunas investigaciones históricas acerca de las tradiciones textuales que dieron lugar al Nuevo Testamento. Abatida por la tristeza de su pérdida, y guiada por el deseo de recuperar su fe y volver a creer lo mismo que antes creía, buscó leer algún libro que se la devolviera, pero eso no le ha funcionado para recuperar sus creencias anteriores.

Hace aprox. siete años, empezar a leer libros sobre la historia del Nuevo Testamento ciertamente me ayudó a hacer una pausa en el recorrido en mi judeocristianismo y a pensar más a fondo mis creencias y mis fines últimos para ese recorrido.

La lectura de tales libros ocurrió en un momento oportuno, después de 40 años en varias formas de judeocristianismo —los 20 últimos profundamente involucrado en una secta fanática—, un momento cuando inicié a familiarizarme con la investigación histórica del Nuevo Testamento y también con diversas teologías judeocristianas. Leer esos libros me llevó a leer otros libros, de diversidad de autores, sobre otras investigaciones relacionadas.

Mi conclusión a la fecha, en breve –creencias aparte: hoy en día es de importancia primordial informarse y educarse adecuadamente sobre los métodos y el tipo de resultados de la investigación histórica del Nuevo Testamento.

Si la persona aludida al inicio valora ese tipo de educación, entonces leer libros sobre investigación histórica sería algo edificante. Los puntos medulares de ese tipo de libros no están relacionados con cuestiones de fe, sino con educación. Hay un montón de libros sobre cualquier tipo de fe y también sobre cualquier tipo de educación. El punto es no confundirlos.

Saturday, August 13, 2016

Sobre «Dios» — Retrospectar para prospectar


¿Por qué mi interés en lo judeocristiano si ya no tengo interés alguno en pertenecer o seguir esas tradiciones religiosas?

Hay varias razones. Una es que me interesa la historia del asunto como medio para entender mejor cómo fue que mi crianza me llevó a pertenecer y a seguir esas tradiciones judeocristianas. El interés, en el fondo, es conocerme a mí mismo: quién he sido como producto sociocultural durante la mayor parte de mi vida. Hacer retrospectiva ayuda para mirar mejor hacia adelante. El mundo puede ser algo muy grande y hacia adelante me interesa conocerlo más y mejor. Por lo que entender mejor lo judeocristiano me parece necesario para dejarlo atrás y distanciarme mejor de eso para entonces conocer otras perspectivas realmente distintas. No veo razón para insistir en mirar el mundo sólo a través de cristales judeocristianos. No tengo ninguna fijación o apego a lo judeocristiano. Hay muchos otros pueblos con legados importantes en el mundo más allá del pueblo israelita y sus tradiciones semitas. Rechazo el anti-semitismo pero eso no implica que deba por fuerza aceptar y adherirme a un chovinismo semítico. Ahora desprecio profundamente a los sectarismos como para repetir la torpe, miope y fanática actitud de tomar partido ideológico.

Sunday, August 07, 2016

Sobre «Dios» — Método histórico-crítico


Indagar sobre la historia del judeocristianismo, en toda su diversidad, ha sido algo muy interesante pues es un tema inagotable. Claro, el horizonte de investigación se presenta enorme debido a las perspectivas del método histórico-crítico para estudiar el asunto. Ese método me parece ahora una muy buena base para que se desarrollen y cultiven otras formas constructivistas de judeocristianismo en el futuro.

Una enorme cantidad de personas hoy se identifican con alguna forma de judeocristianismo y esa identidad será parte de su legado para sus generaciones por venir. No es plausible que esa cantidad de personas cambie de pronto su legado religioso hacia algo distinto, por ejemplo, como el budismo zen o hacia una religión prehispánica azteca o maya. Lo más probable es que las nuevas generaciones, una vez que sus antecesores hayan desaparecido, enfrenten la necesidad de reinterpretar su herencia religiosa judeocristiana a la luz de la realidad que entonces habitarán.

Por ejemplo, esas generaciones jóvenes necesitarían nuevas teorías teológicas para interpretar su herencia judeocristiana en un mundo donde la ciencia y la técnica no dominan su cosmovisión sino tan sólo son instrumentales para sus fines ideológicos propios. Las cosmovisiones judeocristianas seguirán imperando, hay poca duda de eso. Pero es preferible que lo hagan ya no por medio de las interpretaciones caducas de sus progenitores, sino por medio de interpretaciones más razonadas, más incluyentes, menos temerosas de lo distinto, y, por tanto, más edificantes.

Una manera para lograr mejores interpretaciones de los judeocristianismos es regresar a los básicos del análisis histórico-crítico de dichas tradiciones. El punto de partida es reconocer que las formas de catolicismo y las formas de protestantismo, así como las formas ortodoxas griegas, junto con las formas de islamismo, son todas formas derivadas de las tradiciones antiguas a partir del judaísmo de Abraham. En combinación con las formas de judaísmo reformado que propuso uno de los judíos más famosos: Jesucristo.

La materia de estudio histórico, entonces, si consideramos los antecedentes del judaísmo, se remota aproximadamente a dos milenios antes de la Era Común. Por lo que no se puede abarcar de manera “práctica” —palabra usada con frecuencia en un abuso del lenguaje para disfrazar lo que en realidad es negligencia.

Después de aproximadamente 40 años de diversas vivencias en diferentes judeocristianismos, y sin considerarme ya parte de ninguno de ellos, una pieza de mi legado serían algunas reflexiones sobre dichas vivencias pero desde las perspectivas del método histórico-crítico. Por ejemplo, la manera en que ahora he respondido al llamado de la espiritualidad pero sin ser capaz de aceptar los dogmas de esas formas de judeocristianismo.

Encuentro que mis vivencias en el judeocristianismo tienen algunas notables coincidencias con las vivencias personales narradas por Elaine Pagels en su libro «Más allá de la fe». Por fortuna, su erudición en el método histórico-crítico y el alcance de sus hallazgos al aplicar dicho método en sus indagaciones sobre la historia judeocristiana no sólo le ha inspirado a ella, sino también a uno de sus lectores.