Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, December 21, 2014

Sobre «Dios» — Regresar a los básicos


Mi presente opinión acerca de «Dios» puede estar equivocada, quizá mucho más de lo que puedo imaginar. ¿Acaso esa patente posibilidad no es digna de la más profunda consideración? Si examino tal opinión, si reviso su justificación, busco sus orígenes históricos y si indago de manera repetida los más sólidos cuestionamientos y argumentos a favor y en contra, entonces podría decir que empiezo a tomar en serio esa opinión. De otra manera, si mi opinión sobre «Dios» ha permanecido intacta por años enteros, sin someterla a examen crítico, sin identificar y cuestionar sus supuestos, entonces eso diría mucho sobre la importancia que tiene para mí el tema en los hechos. Si aquello que gira alrededor de mi noción de «Dios» es sólo acerca de palabras y ritos tradicionales, sin reflejarse en más variadas y distintas vivencias de búsqueda, entonces quizá esa noción de «Dios» refiere a algo insignificante e intrascendente, a algo estéril e incapaz de ameritar curiosidad y profunda indagación sobre el tema.

El tema «Dios» suele estar relacionado con el fenómeno de la religión, pero religión no sólo es religión institucionalizada; de hecho, las instituciones religiosas no poseen el monopolio de la pulsión religiosa del humano. Así que sin importar el punto en que uno se encuentre en el panorama de las afiliaciones institucionales religiosas, arreligiosas, anti-religiosas, etc., de cualquier modo, alguna opinión sobre la noción de «Dios» parece ser inevitable para una persona en las sociedades contemporáneas. Dado lo enraizado de la religiosidad en la vida cotidiana y en la cultura a nuestro alrededor, y dada la relación que eso tiene con los problemas sociales, una opinión sobre religión y sobre «Dios» no resulta una opinión cualquiera sino una directamente relacionada con las posibles soluciones a problemas sociales como los provocados por el miedo y la intolerancia hacia lo que no entendemos o a lo que percibimos como diferente u opuesto a lo que creemos como cierto dentro de la cosmovisión propia.

En general, una persona que se hace cargo de sus propias opiniones necesita considerar con mucha seriedad la posibilidad de que esté albergando alguna opinión equivocada en alguna medida. Estimar de manera periódica la medida del error propio en temas personales de relevancia es un rasgo de madurez, de sensibilidad, de inteligencia, y quizá de sabiduría.

Como parte del autoexamen habitual debe estar presente el regreso a los básicos, la vuelta a las preguntas que orientan nuestro pensamiento; por ejemplo, ¿qué es «entendimiento»?, ¿qué es un «concepto»? Así, sería posible elaborar otras preguntas como ¿cuál es mi entendimiento presente del concepto de «Dios»?

Sobre «Dios» — Una etiqueta menos


¿Cuándo, cómo, y por qué decidí dejar de llamarme «cristiano»?

El condicionamiento social, como inevitable efecto de los procesos culturales, suele imponernos etiquetas que con frecuencia nunca elegimos con plena conciencia, o con una conciencia muy parcial del asunto. Una tradición religiosa institucionalizada culturalmente, como los diferentes cristianismos, puede pensarse como una ideología religiosa que resultó del filosofar de algunas cuantas personas hace muchos siglos. Una forma de filosofía —en este caso, de teologías— que muchas otras personas adoptan de manera doctrinaria y por la fuerza de las tradiciones a lo largo de los siglos.

Hace ya cuatro años que tomé la decisión de romper con las ideologías de los cristianismos y dejar atrás esa etapa de mi vida. Reflexionar sobre mi propio recorrido en la sociedad no deja de ser interesante para mí: ¿Por qué debo abandonar el cristianismo?