Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, September 28, 2014

Sobre «Dios» — ¿Para qué teología filosófica?

Si al usar la palabra «Dios» se pretende referir algo de suma importancia y de primerísima prioridad personal, entonces el individuo hará bien en buscar por todos los medios a su alcance el esclarecimiento de eso referido. Uno de esos medios, entre varios, será la reflexión orientada por aquellos fieles asistentes de la indagación: qué, quién, cuándo, cómo, dónde, por qué y para qué. Por otro lado, si la palabra «Dios», o «Diosito», sólo es parte de un modo local de hablar, sólo una manera para expresar sentimientos ocasionales y creencias marginales, entonces no hay sentido en perder un solo minuto en una letanía de disparates intrascendentes.

Desde el inicio las cartas permanecen abiertas, al estilo de Hans Küng en su obra «¿Existe Dios?», pero a diferencia de él, aquí tal apertura no tiene forma de una respuesta última, rotunda y contundente, sino de preguntas abiertas cuyo propósito es, precisamente, abrir la discusión y el debate, y no pretender zanjar semejante tema con respuestas preconcebidas por ideologías anacrónicas, como muchas manifestaciones fanáticas de las tradiciones religiosas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo). Dicho con claridad, lo que aquí ocurre es una invitación a la teología filosófica pues los rumbos del mundo actual no prescinden de la religión sino que la asumen como un aspecto inseparable de lo humano. Aspecto al cual no pocos se oponen y otros no menos lo apoyan, pero nunca lo ignoran; no obstante, la invitación aquí desarrollada no es para oponer o apoyar sino para entender tal aspecto a partir de la reflexión y el análisis histórico-crítico y antropológico.

¿Para qué teología filosófica? Si la inconmensurabilidad del universo, tal como la revelan hoy las ciencias naturales, como la astrofísica y la cosmología, alienta un inagotable asombro y una inevitable perplejidad, entonces un individuo que palpita como parte de este universo no puede orientar su pensamiento sobre la existencia tan sólo con preconcepciones ideológicas del pasado sino que necesita actualizar su propio pensamiento cosmogónico para desarrollar su propio sentido de existir hoy en día.