Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Wednesday, December 27, 2017

Sobre «Dios» — Adultez y teología filosófica




Una expresión en teología filosófica podría ser un reventón emocional, una masturbación mental. Tales excesos son experiencias que cualquier adulto podría tener o provocarse. Un adulto, por analogía, podría excederse un poco con algunas substancias, ya sea con substancias internas (emociones) o externas (e.g., alcohol), para embriagarse con moderación y sin consecuencias irreparables; tan sólo como un caso específico de la experiencia estética general de disfrutarse a uno mismo.

Quizá la expresión filosófica en teología sea uno de esos excesos moderados sólo para adultos.

Sin embargo, algunas expresiones en teología filosófica podrían ser casos de estudio psiquiátrico cuando se acompañan de una marcada megalomanía: un delirio por el cual se pretende imponer a los demás la propia experiencia subjetiva en teología filosófica. Si los iniciadores de religiones ahora institucionalizadas o de avivamientos religiosos en el pasado padecían de tal experiencia delirante entonces eso, en parte, marcó el nacimiento de, por ejemplo, las tradiciones religiosas abrahámicas —judaísmos, cristianismos e islamismos—. Muchos casos megalomaníacos en la historia de las religiones podrían explicarse mejor no por acción alguna de ningún agente en un supuesto mundo sobrenatural sino por la falta de conciencia de uno mismo y por la escasez reflexiva sobre la condición humana que todos compartimos. Casos contemporáneos, por ejemplo, Kip McKean, Marshall Vian Summers, entre muchos otros casos, representan casos de estudio psiquiátrico si insisten en afirmar que su particular filosofía teológica pertenece a un ámbito de absoluta realidad objetiva verificable de manera repetible por terceros.

¿Alguien tiene algún inconveniente en que un adulto responsable disfrute con moderación de sus emociones propias o disfrute de una copa de vino? ¿Nadie? Bueno, pues tampoco entonces hay inconveniente en que ese mismo adulto se cultive en la teoría y en la práctica de la teología filosófica en tanto no padezca delirios megalomaníacos.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home