Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Thursday, May 10, 2018

Sobre «Dios» — ¿Quién fue Jesús?


¿Quién fue Jesús, el así llamado Cristo o Mesías judío? ¿Qué dijo de sí mismo? ¿Quién dijo que él era? ¿Cuál fue su aportación central? ¿Qué dijo –por un lado– la persona histórica, aquel judío aldeano en la Palestina antigua, y –por otro lado– qué ha sido dicho por sus impostores a lo largo de veinte siglos a la fecha?

No me interesan las instituciones sectarias ni las tradiciones fanáticas sobre él, sino la persona histórica por sí misma —de cuya idealización permanecí religiosamente enamorado desde el año 1986 y en cuya búsqueda basé toda decisión en mi proyecto de vida hasta el año 2011.

No hay evidencia histórica de que tal persona haya escrito, por sí mismo, al menos uno de sus ideales o de sus enseñanzas. No hay evidencia de que tuviese intención de dejar un legado escrito para la posteridad. Quizá sus intenciones no contemplaron ninguna posteridad como la que hoy habito. Tal vez nunca quiso legar su mensaje para una posteridad en la que alguien como yo –no judío– pudiese entenderlo a cabalidad, a él –su vida y su muerte– y a su mensaje central.

Está claro que la Biblia es un muy complejo conjunto de textos antiguos y de orígenes judíos. Entender los judaísmos antiguos es requisito para entender a la persona histórica de Jesús, el así llamado Cristo o Mesías judío. Si no se entienden esos judaísmos, entonces uno corre el grave riesgo de malinterpretar tales textos antiguos: uno puede aceptar la insulsa idea de que las palabras en griego koiné de hace veinte siglos traducidas al castellano actual son palabras dirigidas a uno mismo. Si uno comete esa equivocación, entonces, analógicamente, la situación sería como si alguien leyera la fábula ‘Los tres cerditos y el lobo feroz’ y concluyera que su mensaje central es que la especie porcina puede construir casas a base de ladrillos.

El arameo era la lengua hablada en la Palestina antigua. Al parecer, no sobrevivió ningún texto escrito en arameo de aquella época en la Palestina antigua pues no contamos con ninguno. Los escritores afuera de aquella Palestina antigua escribían, típicamente, en el idioma más ampliamente utilizado en el Imperio Romano: el griego. Las más antiguas copias disponibles de los evangelios canónicos neotestamentarios están escritas en griego. Por lo que parece que los autores de esos textos vivieron fuera de Palestina y los escribieron décadas después de que Jesús había muerto.

Para evaluar por qué esos autores pusieron esas palabras en boca de Jesús, y para qué lo hicieron, se requiere aplicar el escrutinio histórico-crítico a esos textos antiguos.

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