Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, May 24, 2015

Sobre «Dios» — ¿Qué es "dios"?


Si decidimos pensar sobre «Dios» sin saltar apresurados a conclusiones, sino de manera pausada y atenta –como lo haríamos al pensar sobre un asunto en extremo delicado– entonces para empezar podríamos preguntarnos ¿qué es el referente de la palabra "dios"? Es decir, ¿qué es ese ser u objeto de la realidad extralingüística al que remite la palabra?

La relevancia de tal pregunta está en que puede esclarecer de qué se habla para entonces ofrecer un terreno para un posible diálogo; además, pensar en esta pregunta puede disminuir la posibilidad de una riña sinsentido donde cada uno discute sobre algo diferente tal que un diálogo se hace imposible.

Por otro lado, un diálogo puede servir para intentar esclarecer a qué nos referimos con la palabra “dios”. Una vez que ha quedado claro de qué hablamos, entonces otro diálogo posterior sería posible para hablar sobre eso mismo que ha quedado claro.

Si se aborda la pregunta inicial desde una reflexión cosmológica, es decir una reflexión sobre el universo, entonces podría tomarse una concepción helénica de “dios” como un ser necesario, un ser sin causa. Lo referido, entonces, se ubicaría en el ámbito de las reflexiones cosmológicas que toman como punto de partida que el universo tuvo causa; a diferencia de otras reflexiones cosmológicas que no encuentran buenas razones para aceptar que ese haya sido el caso; es decir, esas otras reflexiones toman otro punto de partida y no que el universo haya tenido causa.

Pero, si el universo tuvo causa entonces una siguiente pregunta a indagar sería: ¿qué se puede saber sobre eso que causó al universo?

Por otro lado, la pregunta inicial también puede abordarse desde una reflexión ontológica: ¿qué es “dios”?

Las reflexiones ontológicas no se ocupan del universo como tal sino de las estructuras conceptuales para entenderlo. Por ejemplo, una estructura conceptual puede establecer las nociones de «galaxia» y de «estrella» en una clara relación entre «un todo» y «una parte de ese todo», donde lo inverso no es posible (una galaxia no es parte de una estrella). En otro tipo de estructura conceptual, por ejemplo, la noción «lado» es una parte de la noción «rectángulo». Lo común en tales ejemplos es la manera tan clara con la que una noción abarca a la otra, de manera necesaria y suficiente.

Un grupo de reflexiones ontológicas escolásticas plantean una noción cuya amplitud abarca a las demás nociones posibles, y de la que no se pueda concebir que sea parte de ninguna otra noción; a esa noción le llaman “dios”.

Pero, de nuevo, una siguiente pregunta a indagar sería: ¿qué se puede saber sobre esa noción que no es parte de ninguna otra noción?

Sin embargo, hay reflexiones teológicas diferentes donde la palabra “dios” no refiere; es decir, no remite a nada en la realidad extralingüística sino a lo inefable: lo que no se puede explicar con palabras.

Aquí, también, una siguiente pregunta a indagar sería: ¿qué se puede saber sobre lo inefable?

Una teología filosófica, en general, también propone el valor de pensar por uno mismo sobre estas preguntas, quizá más allá de eso deje de llamarse filosofía y entonces deba llamarse ideología. Es decir, la filosofía mantiene abiertas las preguntas, para seguir explorándolas. Por otro lado, las respuestas –cualquier sistema de respuestas– quizá ya forman su propio cuerpo doctrinario. Hay muchos tipos de doctrinas, las hay religiosas, científicas, gnósticas, fanáticas, etc., y cada una intenta dar por cerradas las preguntas, aunque sea de manera provisional, y por eso ya no son parte de un filosofar transformador. De ahí que toda disciplina de estudio que intente progresar necesita a ese tipo de filosofar.