Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, February 02, 2014

Sobre «Dios» — Primera incorreción

 

¿De qué manera discutir sobre el tema «Dios» puede representar una aportación constructiva en sociedad?

Ludwig Wittgenstein sugirió que usar palabras de forma descuidada genera enredos en la mente, y que esos nudos especulativos no tienen referente alguno afuera de lo mental. Si eso es cierto entonces, concluye Wittgenstein, la forma para escapar de esos círculos mentales infinitos es enmudecer al respecto y así evitar el uso descuidado del lenguaje. La elección de enmudecer sobre el tema «Dios», entonces, resolvería un enredo mental pero no resuelve los enredos morales y políticos que han sido causa de muchos conflictos en la historia del tema. Por eso, permanecer enmudecido no está justificado ante tales conflictos y discutirlos se hace imperativo si elegimos aproximarnos a posibles concordias.

Por ejemplo, si en el fondo de la misoginia o de la homofobia está una noción de «Dios» como la elevación exclusivista de lo masculino a estatus divino entonces tal desproporción sale del ámbito de la mera creencia personal y toma terreno de forma injustificada en el ámbito de la vida en sociedad, en la cual no sólo una versión de lo masculino impera para todos. Asimismo, si la xenofobia, el chovinismo, el pochismo, el malinchismo o el europeísmo, como ejemplos, son alentados de fondo por una noción antropomórfica de «Dios» con exclusivos rasgos faciales, genitales, raciales o geo-culturales entonces ya no es posible aceptar que cada quien crea lo que le plazca pues tales exageraciones representan severas perturbaciones en la raíz de los conflictos; los cuales se propagan y perpetúan culturalmente en tanto no se discutan y se aclaren tales perturbaciones.

Otras posiciones ante el tema «Dios» también alientan su parte de conflictos; por ejemplo, las que desdeñan el tema pues lo consideran tan sólo para gente ruda e incivilizada que no ha logrado superar sus pulsiones primitivas o sus miedos infantiles. Tales posiciones incluso llaman “modernidad” al pisoteo de otras culturas diferentes a la propia en nombre, según dicen, de la ciencia y del progreso.

Hay muchos otros conflictos socioculturales relacionados con el tema «Dios» y que surgen al interpretar el tema de manera descuidada como algo supra-humano o como algo infra-humano; es decir, como algo superior e inalcanzable o como algo primitivo y prehistórico. La discusión pausada, amplia y atenta se hace indispensable para no resbalar y caer por las tan concurridas vías del error. Así, la primera incorrección sobre el tema «Dios» es que cada uno puede creer lo que le plazca y a la vez trasladar tales creencias al terreno de la convivencia pública, es decir a lo político. Tal incorrección suele acompañarse de otra: aceptar que el tema no se debe discutir.