Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, June 26, 2011

El arte como molde

Las obras de la imaginación de mentes creativas pueden ofrecer un molde para verter nuestra expresión propia. El ejercicio interpretativo de la apreciación estética ocurre ahí dondequiera el subjetivo fenómeno humano muestre su multifacética fisonomía. La riqueza de la interpretación estética incluye ese diálogo entre el artista creador y el espectador de la creación; así, la apreciación estética dice de ambos. La destreza del artista se imbuye como parte de la forma y deja sugerentes espacios para que el espectador participe de la obra y la enriquezca para sí. Sucede como en el caso del vino tinto: el “bueno” está en el paladar de quien lo prueba.

Por lo que aun la más simplista y huera obra para algunos puede resultar una rica expresión para otros, pues el molde no resultó coincidente para los primeros mientras que para los segundos significó una oportunidad para derramar parte de su ser en ese molde.

Por supuesto, no se requiere una obra famosa para disfrutar del arte —es decir de la destreza— de un humano creativo. Cuanto más si tal obra hace uso de la fantasía, de la imaginación, y de sofisticados niveles de abstracción —mecanismos que fertilizan la subjetividad del fenómeno humano.

Por ejemplo, una interpretación de una obra cinematográfica reciente, llamada en inglés «Sucker Punch» —que en español sería «Golpe a traición» o «Golpe bajo», pero intitulada comercialmente como «Mundo surreal»— podría observar la fragilidad humana, fragilidad de hombres y mujeres por igual, en la figura del personaje llamado Baby Doll. Así, la pelea contra los guerreros feudales podría interpretarse como cualquiera de las pugnas que decidamos afrontar o en las que de manera irremediable nos encontremos.

Defend yourself

La Naturaleza misma a nuestro alrededor es hostil pues inexorablemente cobrará un precio alto, tarde o temprano, si no le rendimos el acatamiento debido. Ya sea en forma de enfermedades, desastres por fenómenos naturales, o por la inevitable muerte natural. También, el sufrimiento debido a la inconciencia de otros seres humanos a nuestro alrededor, o por nosotros mismos. En fin, cualquier cosa que imponga sobre nosotros y su poder se presente como muy superior al nuestro y lo convencional dicte: “tú no puedes, date por vencido” antes de intentar vencer nuestro miedo.

Para mí, el campo ideológico representa, hoy en día, la pugna contra tales fuerzas aparentemente muy superiores que buscan aplastar al ejercicio individual de pensar por uno mismo. El dogmatismo exagerado y prepotente de personas en posiciones jerárquicas, ya sea en instituciones religiosas o políticas, representa un agravio en contra de la libertad de conciencia y un obstáculo en el camino a la madurez de los individuos que quieren abandonar el útero de su abusiva tutela.

Friday, June 17, 2011

Pensamiento crítico

¿Alguna vez estará justificado dejar de insistir en la relevancia de ejercer el pensamiento crítico? ¿Pero qué es eso de «pensamiento crítico»? ¿Se trata de ser “criticón”, apuntar y decir “eso está mal, aquello está mal, todo está mal... menos yo”? Eso sería un desatino. Por lo que remito un par de textos que podrían aclarar la idea:

Una introducción a la ciencia - Pensamiento científico y el método científico

Una introducción al pensamiento crítico

Wednesday, June 15, 2011

Buen uso bíblico

Título original: ¿Cuál puede ser un buen uso de la Biblia?

Si alguien le interesa la figura de Jesús, El Cristo, entonces es necesario tomar en cuenta que durante 20 siglos muchas voces han querido pronunciarse colocando sus palabras en boca de Jesús, o de Pablo. Y lo han hecho. Es algo bien conocido entre quienes tienen acceso y estudian las copias manuscritas en griego de donde se derivan las traducciones a diferentes idiomas actuales, como el español: me refiero a la falsificación (o pseudoepigrafía) por la cual alguien escribió sus ideas y pretendió que se tomaran como palabras de un autor o figura bíblica importante. Era algo acostumbrado en esas épocas. Por ejemplo, el pasaje de la mujer adúltera que querían apedrear no aparece en las copias manuscritas más antiguas, fue agregada muchos años después, como se puede comprobar por uno mismo en una edición bíblica decente en español que incluya comentarios al margen. También era acostumbrado incluir en el texto una maldición en contra de quienes quisieran cambiarlo –como al final del libro de Apocalipsis. ¿Por qué incluir la maldición? Pues porque, de hecho, se hacían cambios como se puede comprobar al comparar la diversidad de copias existentes. Pero, como no hay original contra el cual poder contrastar, no hay manera para determinar cuál copia es la “buena”.

Por lo que conocer el texto original no está a nuestro alcance, pues nadie tiene acceso a los textos originales ya que esos no existen más. Por lo cual no se justifica creer que Dios haya hecho el milagro de la inspiración divina del texto original y no haya hecho el milagro de la conservación de dicho texto. No está a nuestro alcance conocer las palabras del texto original, ni al alcance de nadie hoy. ¿Será que nunca fue la intención que el libro tuviese tanta importancia dogmática como sus adoradores quieren creer?

Por lo que saltar a conclusiones, y creer que la Biblia es para adoctrinar a la gente, es demasiado presuntuoso, pues la Biblia no nos ha llegado de una manera consistente y confiable, sino diversa e incongruente como el mismo fenómeno humano. Así, la Biblia se puede interpretar para el desarrollo personal, para desarrollar lo mejor del ser de cada uno, pero no para adoctrinar a los demás. Por eso necesitamos la libertad de conciencia y la libertad de expresión -conceptos negados para los miembros de sectas peligrosas.

De ahí la importancia de la indagación personal, pues cada uno necesita conocimiento confiable para poder ejercer esa libertad de conciencia de manera responsable. Y lo que tenemos a nuestro alcance los humanos para lograr conocimiento confiable son los patrones intelectuales del pensamiento científico. Aquí también nos han defraudado otro tipo de “líderes” en la sociedad, los que presentan una imagen de la ciencia como si fuese otro tipo de religión dogmática cuando no es así. El pensamiento científico es principalmente una actitud o un hábito para formar nuestras opiniones. Al contar con conocimiento confiable entonces podemos aplicar el pensamiento filosófico y creativo para aventurar especulaciones en clave científica.

Si me permiten pondré el ejemplo de la homosexualidad. Se necesitó un arduo trabajo de investigación científica para descartar la idea de la homosexualidad como enfermedad, sujeta de ser “curada”. Por lo que, en consecuencia, desarrollar una teoría teológica basada en una interpretación bíblica donde Dios sea tanto hombre como mujer, y mientras eso ayude a una persona homosexual a cimentar su autoestima, entonces me parece que es un buen uso de la Biblia. El tropezón ocurriría si alguien homosexual quiere adoctrinar a otros con su interpretación particular.

Un uso bíblico como el recién sugerido puede escandalizar a quien tome a la Biblia como una unidad coherente, homogénea, y con una sola manera “correcta” de usarse. Pero la prueba de lo contrario se puede observar en el uso que hace de ella quien, a pesar de dicha creencia, eleva arbitrariamente la importancia de un pasaje bíblico por encima de otro aun si ambos supuestamente fueron dictados por el mismo Jesucristo. Por ejemplo, para algunos es más importante el pasaje en Mateo 28:18-20 por encima de Marcos 16:14-18, es decir, prefieren adoctrinar a la gente por encima de tomar serpientes con sus propias manos. Así que ya usan sólo los pasajes bíblicos de su elección para justificar su religión vulgar, la diferencia con lo que propongo consiste en usar la Biblia de manera personal, con plena libertad de conciencia, para el desarrollo del individuo, y no para el beneficio de grupos sectarios y sus “líderes”.

Sunday, June 05, 2011

¿Es Joseph Ratzinger un cristiano verdadero?

Habrá quien la pregunta le resulte por completo intrascendente; para quien “sí”, “no”, “tal vez”, sean respuestas por completo satisfactorias. ¡¿A quién le importa?! Por otro lado, habrá quien la pregunta le suscite un enorme impulso para contestar pues su respuesta no sólo conllevaría un juicio sobre las creencias de aproximadamente un quinto de la población mundial —fracción aproximada de católicos en el mundo a la fecha—, sino que, además, estaría en juego el cimiento de su auto-concepto.

Por lo que, por supuesto, aquí no estamos hablando de Joseph Alois Ratzinger per se sino de —para este caso— un enorme número de personas en el mundo quienes albergan sinceramente un conjunto de creencias religiosas provenientes del catolicismo. Del mismo modo, otros enormes subconjuntos de la población mundial estarían implicados si la pregunta hubiese sido acerca de Billy Graham, quien es un reconocido líder y guía en el mundo religioso protestante, o acerca del patriarca Mar Bechara Boutros al-Rahi, quien reclama actualmente el título de Patriarca de Antioquía en la iglesia ortodoxa griega.

Entonces, en la pregunta está implicado un enorme número de personas, para cuyas vidas esa pregunta juega un papel muy significativo —aun cuando, tal vez, ni siquiera se percaten de la relevancia y de las implicaciones de las respuestas posibles.

Ante la pregunta, en mi infancia respondí implícitamente que sí; en mi adolescencia y juventud, respondí explícita y enfáticamente que no (ver: Un recorrido). Ahora, desde afuera del cristianismo, reconozco que no hay bases para afirmar que alguien no sea un cristiano verdadero si así lo considera por sí mismo. Además, reconozco que el acto de negar la creencia que legitima la participación de una persona en las comunidades cristianas es un acto atroz y cruel —y eso también es un acto cristiano (por eso, y mucho más, he abandonado el cristianismo).

La crueldad está imbuida en el cristianismo, es parte de su esencia, tal como lo es también el amor. No es para sorprenderse entonces que el cristianismo sea algo muy humano, incluyendo la Biblia, sus teologías, y los corporativos religiosos que lo representan. Para una evidencia de esta crueldad basta reflexionar sobre la posición de aquellos cristianos que se apresuran a responder que no, quienes consideran que la sola pregunta equivale a declarar a la pederastia como algo positivo, quienes conservan y disimulan un enorme sadismo en contra de aquel que no acepte sus doctrinas sin cuestionar, quienes consideran que un cristianismo sin el fuego y el rechinar de dientes es impensable:

“Que los santos puedan disfrutar su bienaventuranza y la gracia de Dios más abundantemente, permitiéndoseles ver el castigo de los condenados en el infierno” —‘santo’ Tomás de Aquino