Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Friday, April 13, 2012

Un diálogo sobre la coincidencia de los extremos

Publico a continuación otro diálogo informal y espontáneo con Gustavo Sassano, en esta ocasión sobre algunas posiciones extremas del teísmo y del ateísmo. Agradezco su honestidad y franqueza al concederme publicar libremente todas sus palabras que yo quiera; mismas que reproduzco literalmente aquí con especial esmero y sin ningún tipo de edición de mi parte.

Si bien mi intención principal al publicar estos breves diálogos es mi propia autocrítica posterior, también es una manera de documentar algunos de esos diálogos que resultaron muy notables para mí pues me provocaron la reflexión y me espolearon para poner en orden muchas ideas.

Gustavo:

Me dan risa los post contra los creyentes y los post contra los ateos.

El ser humano es tan vastamente despreciable como para poder ponerlo en una caja con un rótulo o etiqueta de cualquier clase.

Los hay malditos y muy malditos con toda clase de creencias o no creencias.

Y el verdadero dios de este mundo es el dinero, el cual tiene la mayor cantidad de creyentes y sacerdotes, y en cuyo altar se hacen los mas grandes sacrificios en contra de la mas elemental humanidad.

Marco:

La parte de tu post acerca del amor y la adoración por el dinero me hizo recordar la siguiente reflexión:

«He encontrado el eslabón perdido entre el mono y el hombre civilizado: somos nosotros» —Konrad Lorenz, premio Nobel, fundador de la etología moderna.

Pienso que muy pocos podríamos llamarnos justificadamente un “hombre civilizado” pues la especie humana aún no llega a esa etapa evolutiva si consideramos el estado de miseria actual en la sociedad humana; un ejemplo de tal miseria: el dinero como sinónimo de riqueza:

El dinero y el perro

Está claro que tu post no hace mención explícita sobre el amor o la adoración por el dinero, eso ya fue la interpretación que yo agregué ante lo que dices que el verdadero dios de este mundo es el dinero.

Gustavo:

A mi no me queda duda que mas alla de todas las creencias que existen, la adoración al dinero tiene la iglesia mas grande, lejos!

¿No te resulta increible, que cuando se trata de dinero, todas las creencias quedan atrás? ¿Y que se hacen sacrificios por dinero que incluyen la familia, el descanso, la paz, etc, etc, etc y que exceden por mucho cualquier sacrificio que se haga por alguna otra cosa?

Aca en FB se ponen muchos post por parte de los creyentes y muchos en contra de la religión, y pocos se miran adentro y encuentran un fanatismo tan o mas peligroso como el que critican tan sueltos de cuerpo en otros.

Marco:

Ciertamente es sorprendente ver al mercantilismo convertirse en una religión vulgar, es decir, descuidada y “muy práctica”, tal que sin mucho esfuerzo se llena de fanáticos acólitos que interpretan todo suceso a través de sus lentes del “mundo real”; y que van por la vida, muy seguros de sí mismos, propagando su versión del mundo como la única “correcta”.

Las corporaciones basadas en la codicia, por la que buscan crecer más y más y más, ciertamente tienen muchos rasgos en común con las iglesias y la religión institucionalizada, con sus prelados jerárquicos y entronización de personas como si fuesen algo superior al resto.

Pero si usamos y dependemos del dinero entonces somos parte de este sistema, el cual para mí es un sistema inmoral, y escucho a mucha gente quejarse de los excesos pero que, al mismo tiempo, considera que el sistema está bien y sólo hay que tratar de arreglar algunas malas aplicaciones. Pero ahí radica parte del problema: creer que el sistema está bien y que se puede componer.

Creo que parte de la solución, como inicio, es rechazar esa idea. Un sistema alimentado desde su diseño por la escasez y la deuda, que sólo funciona para aquel capaz de cada vez mayores niveles de codicia, no puede estar bien. Está mal y es necesario documentarse de cómo es posible una transición a otro sistema, uno distinto en el que el concepto de dinero desaparezca.

Gustavo:

Volviendo al primer punto de mi post, los que creen que es la religión o el ateísmo los que traen tantos problemas al mundo, creo que se quedan muy cortos en su análisis. Hay mucha religión que ha traído muchas cosas buenas a este mundo, como ateos con sus planteos y acciones.

Y en ambos grupos hay un montón de malditos regidos en su gran mayoría por el fanatismo mas retrógrado y la codicia mas perversa, que sin duda son una verdadera maldición para la humanidad.

Ser creyente en algo no te hace bueno y ciertamente ateo tampoco.

Sentirse mejor por ser lo uno o lo otro, me parece de un reduccionismo muy barato típico de las personas muy básicas.

Marco:

Sí, estoy de acuerdo. Pensar sólo en términos de extremos me parece un pensamiento muy superficial, pues esos puntos supuestamente opuestos, cuando se interpretan de manera superficial, terminan siendo lo mismo; reflexioné sobre eso en esta página:

Con medida

Ahora, el teísmo y el ateísmo, ambos, son conceptos relativos cuyo significado varía dependiendo de la cultura y época en la cual se apliquen. Por ejemplo, muchas personas hoy no creen en Zeus o en Poseidón o en Odín, por lo tanto son ateas en relación a esos dioses; y los habitantes de la Grecia antigua o de los países escandinavos de hace siglos, que creían fielmente en esos dioses, se consideraban teístas consumados.

Por otro lado, cuando se considera el concepto de «religión» de manera amplia, antropológicamente, podríamos ver que tiene poca relación con la desafortunada situación que se observa en la religión institucionalizada. Por ejemplo, me parece que los aspectos positivos de la acción religiosa, como la ayuda incondicional a quienes necesitan ayuda oportuna, tiene más relación con esa consideración amplia de la idea de religión que con las instituciones adoctrinantes, anquilosadas y separatistas de hoy, por ejemplo las instituciones provenientes de las tradiciones abrahámicas.

Y como apuntas, esa acción religiosa —de reverencia por lo bueno o lo bello— puede ocurrir tanto en ateos como teístas.

Gustavo:

Dawkins y Harris últimamente están ansiosos por probar que no se necesita ser creyente para ser una buena persona.Realmente lo considero un planteo bastante innecesario. ¿Quienes son las personas que necesitan una religión para entonces ser personas buenas? Eso me parece muy pobre. Esas personas no entendieron el principio mas básico de la religión.

Por el otro lado, ser ateo no garantiza estar fuera de muchos otros fanatismos que realmente son bastante esclavizantes.

Marco:

Es cierto, así lo he observado; a decir de sus actitudes y de su propaganda algunos fanáticos ateos en los hechos no son ateos sino anti-teístas, por lo que parece que el todo de su cosmovisión está definido sólo en términos de su oposición a la religión, y desafortunadamente con eso terminan oponiéndose a mucho de lo que es o puede llegar a ser la humanidad en ellos mismos.

Por otro lado, no se necesitan anti-teístas para comprobar lo inútil de las milenarias pugnas por la ortodoxia religiosa; es decir, los anti-teístas fanáticos intentan denunciar los excesos de las posiciones recalcitrantes de la religión institucionalizada, y su intento suele fallar pues ellos mismos adoptan una posición igualmente recalcitrante. Por lo que si dependiera de los anti-teístas fanáticos entonces no habría argumento sólido en contra de los teístas fanáticos, pero con un poco de indagación teológica se puede comprobar que los principales argumentos teóricos en contra del teísmo recalcitrante no provienen de fuera sino de, precisamente, el propio teísmo.

La heterodoxia abunda dentro de cada una de las tradiciones abrahámicas, los textos en sus propios libros sagrados sirven como evidencia. Por ejemplo, Antiguo y Nuevo Testamento, por igual, carecen de una opinión uniforme sobre algún tema relevante en el imaginario popular; tomemos el caso de la idea de un solo dios judeocristiano, en el Antiguo Testamento se pueden encontrar conceptos distintos de divinidad y relaciones de jerarquía entre dichos conceptos, por ejemplo entre la divinidad máxima El y sus descendientes Yahvé y los Elohim —y esto desde una sola escuela de pensamiento teológico, pues hay múltiples escuelas de pensamiento al respecto.

Así que la punga por la ortodoxia —ya sea esta atea o teísta— me parece inútil.

Cada individuo podría decidir por sí mismo ante estas pugnas, y encontrar lo que coincida con su propio ser al no estar condicionado por enajenamientos, si se le da la oportunidad de desarrollar sus propias facultades. Pero muchos nos hemos dejado llevar por la influencia de quienes afirman presuntuosamente tener conocimiento que realmente no tienen. Hoy en día escucho a posturas opuestas de manera muy distinta. Por poner unos ejemplos aleatorios, a manera de ilustración de este tema:

De lado de los anti-teístas:

Your faith is a joke de Pat Condell.

De lado de cierto tipo de teístas:

The Purpose Driven Life - Rick Warren

El Propósito De Dios para la Humanidad: La Vida Eterna En La Tierra

Gustavo:

Mira, todo esto lo despertó una foto que circula en FB, de un astronauta ruso que desde el espacio dice que desde ahi no ve a ningún dios. Yo me pregunto: ¿Cuán pelotudo hay que ser para pararse en el umbral de la tierra y pretender que se sabe todo? Es un pobre infeliz que esta ante la inmensa y aplastante vastedad del universo presumiendo que se las sabe todas y no sabe ni la millonésima parte.

Si la vastedad del universo tiene un propósito, es callar a las bacterias que somos nosotros, porque si nos comparamos con la grandeza del universo, apenas si llegamos a bacterias. Y no conozco a ninguno de nosotros que se digne a conversar ni siquiera con hormigas que al menos se ven a simple vista. Me calenté!

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