Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Wednesday, January 04, 2012

Estudiar la Biblia

—Hola, ¿has seguido estudiando la Biblia?

—Seguro que sí. Para mí sigue siendo un conjunto de libros muy importante por investigar. Sobre todo para alguien como yo que soy parte de la cultura occidental. Tengo una lista larga de temas sobre los que estoy investigando. Sobre todo para lo que será uno de los resultados concretos de ese esfuerzo: una teoría teológica libertaria.

—¿Me puedes dar un avance?

—Debo decir, con antelación, que ninguna de mis creencias anteriores ha sobrevivido a un análisis crítico sostenido. Es decir, nada de aquel cuerpo de creencias concretas, que algún día compartimos, ha sobrevivido a la fecha para mí. Me refiero a las creencias de la doctrina específica que juntos llegamos a conocer. Sobrevive, no obstante, el interés general por estudiar para cambiar mi manera de pensar y así cambiar mi manera de vivir.

Mi teoría teológica es un tanto sofisticada en el sentido que se basa en algunas concepciones algo "técnicas"; tal que mi teoría teológica podría clasificarse como una meta-teoría; es decir, una teoría acerca de cómo crear teorías y cómo adaptar teorías existentes.

En términos llanos mi teoría trata —como otras teorías— de un conjunto de herramientas de trabajo intelectual: un modelo para que el individuo interesado pueda crear una teoría propia acerca de la religión en general, y de algunos conceptos centrales en la religión cristiana en particular; como la idea de divinidad, la Biblia, la idea del Mesías, la idea de santidad, arrepentimiento, etc.

—¿Por qué crees que eso tenga algún valor? ¿Acaso eso puede ser mejor que lo ya inspirado sobrenaturalmente?

—Mi modelo teórico se basa en las perspectivas de la antropología filosófica, cuyo ámbito se ubica dentro de las ciencias del espíritu humano, y en la filosofía natural que ha forjado a las ciencias de la naturaleza. Pues es a partir de entender y apreciar lo que somos físicamente que podemos apoyar una visión amplia y sustentada de la expresión espiritual humana no subyugada ante la idea de lo sobrenatural. Es a partir de tratar de apreciar la realidad física y la base neuroevolutiva de la conciencia, del lenguaje, de la razón, de la experiencia, la imaginación, el arte, la religión, etc., que podemos apoyar la búsqueda de respuestas últimas en las respuestas próximas, y provisionales, de las ciencias de la naturaleza.

Mi teoría teológica —como algunas otras teorías teológicas— no pretende abarcar lo sobrenatural pues no hay bases suficientes que apoyen semejante presunción. La diversidad y amplitud del fenómeno humano lo hace un problema mucho más relevante que las ininteligibles aporías de lo sobrenatural. Además, las teorías teológicas más populares no sirven al individuo sino a las corporaciones religiosas; por lo que se requieren nuevas aportaciones teóricas, debidamente sustentadas, en las que se pueda apoyar el individuo de hoy para abordar la idea de religión de una manera emancipadora y no enajenante.

—¿Pero no cae eso en el subjetivismo?

—El subjetivismo es un tema muy amplio —así como lo es el relativismo, el escepticismo, el realismo, etc.— que requiere un mínimo de formación filosófica para poder entenderse debidamente y para evitar malinterpretaciones abusivas. Por lo que mi teoría teológica —como otras teorías teológicas— tiene, para su apropiada interpretación, la precondición indispensable de contar con una sólida y amplia introducción a la filosofía. Lo imprescindible de tal requisito se debe a que precisamente mi teoría es una meta-teoría; es decir, una teoría que requiere ser configurada por el individuo quien, haciendo uso de las propias herramientas intelectuales de la meta-teoría, debe distinguir y contrastar entre la diversidad de matices de lo cognoscible para identificarse con lo propio de su ser.

Mi teoría teológica no ofrece respuestas ya cocinadas, empaquetadas, y asimilables directamente sino que ofrece andamios para que la persona pueda abrirse paso, por sí misma, entre todo tipo de perspectivas que opriman su espíritu.

Ejemplos de las herramientas intelectuales que incluye mi teoría son el pensamiento crítico, el pensamiento creativo, el pensamiento valorativo, el pensamiento sistémico, el ejercicio estético; como puedes ver, no se trata de otra cosa que los aspectos fundacionales del ejercicio científico-filosófico.

—¿Y por qué no, más simplemente, apuntar a la filosofía? ¿Por qué es necesaria una meta-teoría teológica?

—Pues porque mi aportación intenta explicar un conjunto de maneras, igualmente válidas, para abrirse paso dentro del contenido bíblico pero evitando las interpretaciones vulgares.

—Pero eso me suena como que cada quien puede construir su camino hacia Dios.

—¿Y no es lo que el humano concienzudo ha intentado hacer todo este tiempo?

—Eso es cierto. Cada persona o grupo se sienta pensando que ellos son los que tienen la razón.

—Para quien no quiera pensar por sí mismo, pues igual le da seguir a X o a Y. Lo que le importa es seguir lo que le dice alguien de manera concreta. Es decir, para quien no es concienzudo pues sólo le importa sentir seguridad en la institución o en su partido religioso particular.

La idea de Dios, por ejemplo, ha resultado ser una idea mucho más grande que lo que conocí en grupo religioso alguno. Lo mismo pasa con otras ideas; como la salvación, el pecado, el arrepentimiento, etc. Lo trágico es que esas ideas han quedado secuestradas por prelados jerárquicos que imponen sus intereses por encima de las personas.

—Ya veo, es cierto. Para mí hay cosas que me cuestan y que me cuestiono, bueno no tanto como debería, pero yo ya me cansé de luchar contra mi naturaleza y pues también de marchar al ritmo de la iglesia. Últimamente he estado orando en mi relación con Dios de que no voy a estarme flagelando por mis inclinaciones sexuales. Pero quiero buscar poner mi atención en Dios sin que lo otro sea motivo de desánimo, y pues en ese sentido parece que vivo de una manera no tan unida a la forma de pensar del resto de la iglesia.

—Pues tu vida está, y siempre ha estado, en tus manos. Del esfuerzo que hagas por crecer, por aprender, por cambiar, por ser feliz, será un esfuerzo del que me gustaría a mí también aprender. Es decir, como humano tienes talentos y muchas riquezas que al seguir desarrollando podrás hacerte feliz a ti y a otros.

—Pues eso que dices de crear tu propio camino, bueno así lo entendí yo, en cierta forma es lo que estoy haciendo, no de una manera filosófica pero de alguna manera es lo que voy logrando hacer y comprender a partir de mis propios actos y pensamientos.

—Iglesia o no, el desarrollo de tus facultades es algo que te toca atender a ti; es decir, nadie lo hará por ti.

—Eso me queda claro. También siento que el amor de Dios no se aparta de mí aun si no alcanzo la perfección de su palabra.

—Con respecto a la Biblia. Y si todavía tuvieras alguna preocupación por seguirla de manera "correcta", déjame decirte que, a la fecha en mi investigación, no he encontrado una perspectiva seria que afirme que hay una sola manera "correcta" de seguirla. Ni siquiera en el catolicismo hay un cuerpo monolítico de creencias. ¡La diversidad existe en el cristianismo desde el mismísimo principio!

Yo ya no me considero cristiano en ningún sentido tradicional, pero reconozco la influencia que tiene el cristianismo en la cultura de la que soy parte, por eso me interesa entender bien la diversidad de cristianismos.

—O sea que crees que si estuvieras en Oriente serías budista y tu vida no sería ni mejor ni peor.

—Reconozco que la cultura es una de las fuerzas más adoctrinantes que se ejercen sobre las personas desde la niñez. Pero también reconozco que una persona puede aspirar a tener una perspectiva supra-cultural y liberarse de los condicionamientos de su cultura. A eso aspiro yo. Pero para eso es necesario darme cuenta de mis condicionamientos socioculturales. Por lo que también estoy investigando sobre las otras religiones del mundo, para lograr parte de esa perspectiva supra-cultural. Por ejemplo, así como la Biblia, así también necesito contemplar el Bhágavad-guitá, para poder formarme una opinión sustentada al respecto.

—Ok. No deja de ser confuso todo esto y entre más estudios creo que la confusión debe ser mayor. ¿Piensas que al final todas las religiones hablan más o menos de lo mismo?

—No. Creo que cada una de las religiones institucionalizadas habla de cosas distintas y pienso que no deben hacerse correlaciones a la ligera. Pero lo que busco es una vista de conjunto, por encima de las perspectivas concretas. Y de ahí obtener una perspectiva cada vez más amplia.

—Interesante.

—Si se apuesta por la ignorancia, por las perspectivas sesgadas, pues mejor dedicarse a otra cosa que no requiera esfuerzo intelectual, esfuerzo emocional, esfuerzo intuitivo, esfuerzo creativo, esfuerzo moral, etc. No encuentro bases por las que una religión sea peor que otra —incluyendo algunas formas extremas de ateísmo. Además, hay algo en la base del cristianismo que resultó una de las razones más significativas por las que lo abandoné: su odio y su miedo por lo distinto.

—No lo había pensado así.

—Pues tomar en serio al cristianismo, desde una perspectiva adulta, implicaría estudiarlo a fondo. ¿Acaso no ha sido ese uno de los principios de la iglesia: estudiar la Biblia en serio? Pero yo ahora comprendo que cuando estaba en la iglesia nunca hubiera sido capaz de mejorar mi entendimiento del cristianismo. Pues quienes dicen "enseñar" sólo están interesados en avanzar su propio partido religioso y no en el desarrollo de los individuos.

—Bueno, ya ves que hay gente que sí se ha metido profundamente, como Fulano, o Zutano, entre otros.

—Eso me parece de lo más triste: los que se han auto-denominado "maestros" son los peores defraudadores de lo que dicen defender. Están tan empecinados por tener razón que han secuestrado a la gente a través de la sinceridad e ingenuidad de esa gente. Probablemente ellos mismos están bajo un total estado adoctrinado tal que no pueden soportar la idea de estar equivocados y terminan concluyendo que la realidad "debe" ser como ellos la dictan. He escuchado, ya hace años, las clases originales de esos así llamados “maestros”, y sólo presentan lo que apoya su perspectiva pero nunca presentan con claridad que su perspectiva sólo es una entre muchas otras que tienen soporte equivalente. En otras palabras, ellos hicieron su propia teoría teológica y la declararon la "correcta". Pero su perspectiva sólo ha sido una que ha servido para crear una corporación o un partido religioso y no para liberar a las personas, como tú o como yo.

—Pero en cierta forma ellos hicieron lo que tú comentas al principio, crear su filosofía. ¿Algún mérito tendrá eso entonces?

—Pero eso es lo que cada individuo debe hacer. Cada individuo, en este renglón de la vida, la religión, debe desarrollar su propia teoría teológica. La diferencia es que si alguien quiere imponerla a los demás, como estos "bien intencionados" han hecho, entonces estamos ante un caso de abuso y violación sobre la libertad de conciencia de otros. No muy distinto de una violación sexual.

-¡Ja! Ok, me encantan tus comparaciones.

—En religión las cosas están dadas para que la libertad de conciencia reine suprema. En las ciencias de la naturaleza, por otro lado, no debe haber libertad de conciencia: nadie puede, de manera injustificada, decir "creo" o "no creo" en la teoría de la gravedad. O si dice "no creo" en la gravedad entonces que se lance desde un edificio hacia el piso para demostrar su incredulidad. Por otro lado, en religión, sí hay libertad de conciencia. Y cada uno debe elegir las creencias que decida después de desarrollar la capacidad para decidir y formarse opiniones debidamente. El problema es que esa capacidad no la da la escuela, ni iglesia alguna —de la que yo haya oído—. Y es debido a que al humano promedio, como tú o como yo, en los hechos somos como ganado propiedad de, y al servicio de, algún tipo de granjero. Y el desarrollo de esa capacidad no está dentro del interés del granjero.

—Eso es totalmente cierto.

—Pero en nuestro caso pues no somos vacas y podemos llegar a darnos cuenta de la situación y tratar de salir de la opresión intelectual, espiritual, religiosa, etc., bajo la cual estamos.

—Claro que eso requiere esfuerzo.

—Y con el esfuerzo cerramos el círculo y regresamos al punto donde tiene sentido que cada uno debe crear su propia teoría teológica pues las cosas están dadas para eso precisamente y no para que sigamos siendo borregos en el corral de unos cuantos abusivos.

—Bueno, ya me despido. Hasta la siguiente.

—Muy bien, saludos.

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