Lobos, pastores e integridad científica
—¿Cómo debo enseñar o explicar un tema —controversial o no— a principiantes?
—Dales toda la información para que ellos lleguen a sus propias conclusiones.
—¿A principiantes? ¿Cómo podrían ellos concluir correctamente y evitar el error?
—Bien, permíteme aclararlo usando una analogía del terreno común: no sólo hay que darles comida cruda para que se alimenten pues hay riesgo de que se desnutran o se hagan daño por no saber cómo preparar la comida para ingerirla; se requiere un proceso similar a la manera en que aprendimos a comer por nosotros mismos, es decir, recibiendo indicaciones básicas, contando con las oportunidades para intentarlo con riesgos controlados, mirando cómo otros lo hacen, checando que nos hizo bien, y poco a poco.
—Al principio, habría que pre-procesarles un poco la comida, pero el plan incluye que gradualmente lo hagan por sí mismos ¿cierto?
—Así es, llegarán a ser adultos y serán capaces de conseguir toda la comida que quieran, distinguiendo cada vez mejor entre lo que sirve para sus propósitos y lo que no.
—Se puede observar que no pocos principiantes desean permanecer en ese estado donde alguien más digiera la comida por ellos, creo que les parece muy conveniente.
—Y lo es. Pero no a todos les gusta la comida vomitada, es más sabrosa si conlleva algún esfuerzo.
—Me pregunto ¿cuántos de los que parece gustarles el vómito de otros se dan cuenta que no tienen que mantenerse comiéndolo?
—Dinero y poder; son algunas de las razones por las que algunas personas en posiciones para cambiar esa situación en realidad hacen lo contrario y se confabulan entre ellas para intensificarla.
—Vaya; también se puede observar a personas en posiciones de autoridad que utilizan la figura del pastor y sus ovejas para ilustrar el cuidado que ellos tienen sobre su comunidad. El pastor cuida con esmero a sus ovejas, es un hecho; sin embargo ¿cómo se puede separar eso, del hecho de que las ovejas existen para el desarrollo del pastor y el de los suyos, pero no del de las ovejas? Pues parece que el esquema asume que las ovejas seguirán siendo ovejas a perpetuidad.
—Una respuesta a tu pregunta puedes encontrarla en la figura misma: si el pastor enseña a sus ovejas, ultimadamente, a transformarse —cambiando de especie— en los homo sapiens que hayan decidido ser por sí mismas, entonces son dos hechos independientes, de otro modo, el uno es el medio y el otro es el fin.
—En ese último caso no queda mucho espacio para la diferencia entre el pastor y el lobo, al fin y al cabo será, digamos, explotación sistemática.
—Sí, dicho sin usar eufemismos.
—Pero entonces, ¿toda autoridad está obligada a enseñar las bases del pensamiento crítico a su comunidad y cómo puede esta adquirir conocimiento confiable en general o debe limitarse a sólo proveer toda la información relativa al campo que le ocupa?
—¿Por qué la pregunta?
—Pues parece que la suposición generalizada es que siempre es alguien más el responsable de proveer educación a los individuos, sin que ese alguien esté claramente definido. Sabemos que tener escolarización no es igual a tener educación por lo que la escuela no es ese alguien. ¿Será acaso el hogar infantil, el matrimonio, los amigos, la religión, la comunidad? ¿Qué opinas?
—Nuestro saldo educativo termina siendo el resultado de nuestra propia búsqueda, la educación sólo puede ser preferida, nunca impuesta. Como lo ha dicho Hans Georg Gadamer: Educación es educarse.
—Pero tu cosmovisión y tu sistema de creencias tienen implicaciones de por vida pues determinan el pensamiento y por tanto la conducta. ¿Cómo podría algo tan importante dejarse en manos de la indefinición?
—No pocas autoridades ofrecen definiciones precisas para el significado de educación, pero son escasas las que incluyen el pensamiento crítico como parte de esa definición, ¿por qué?, nuestras figuras anteriores —como la del pastor y sus ovejas— ofrecen rasgos de la respuesta.
—Comprendo. Ahora que me preparo para explicar a principiantes un tema que nos ocupa, me doy cuenta del papel tan serio que estoy desempeñando. Quiero hacer el mejor trabajo posible y desempeñarme íntegramente; voy a investigar a fondo el tema, corroborar, checar notas con otros y ofrecer la mejor explicación posible.
—Bien. Hasta ahí, parece el comportamiento propio de una persona con ciertos valores morales. Sin embargo, si estás interesado en mejorar tu integridad harías bien en considerar el estilo científico para ofrecer explicaciones o respuestas.
—Sí, me interesa saber cómo alcanzar niveles más profundos de integridad. ¿Me convidas?
—El estilo científico para aportar explicaciones o respuestas a problemas o preguntas consiste en un esmerado trabajo que ofrece toda la información de utilidad para que los interesados alcancen sus propias conclusiones; y no solamente la información que los conduzca a una u otra conclusión en particular. El ejemplo que ofrece Richard P. Feynman me ayudó a entender más el estilo científico: una manera fácil para explicar la idea es contrastándola, por ejemplo, con la publicidad. Un anuncio publicitario del aceite para cocinar marca X dice: “X no impregna la comida”. Pues es cierto, no se está cometiendo ninguna deshonestidad; pero de lo que estamos hablando aquí no es sólo de no ser deshonestos, sino de integridad científica, lo cual es otro nivel de integridad. Para ese nivel, habría que agregar al comercial el hecho de que ningún aceite de cocina impregna la comida, si se usa a cierta temperatura. Si un aceite es usado a una temperatura más elevada, entonces todas —incluyendo la marca X— impregnarán la comida. De esta otra manera, es la consecuencia lo que ha sido comunicado y no el hecho aislado, el cual es cierto, dejándonos lidiar por nosotros mismos con la diferencia.
—Ya veo, gracias. Definitivamente me interesa pues asume que las personas a quienes se dirige son pensantes, es decir, asume lo mejor de la audiencia; contrasta con otros estilos donde la premisa esencial es: “Tú no puedes lidiar con la verdad, por eso yo siempre tendré que digerirla por ti y darte sólo aquello que yo considere adecuado; la definición de tu cosmovisión está en mis manos, y no en las tuyas, porque tú no puedes definirla por ti mismo (y este gran favor que te hago me lo voy a cobrar con creces)”.
—Correcto. Una especie de intermediarismo se ha diseminado y establecido en la mente de muchas autoridades como si fuese la esencia misma de su rol, como su función permanente y no simplemente algo provisional. Una consecuencia es que esas autoridades se colocan por sí mismas en una posición que invalida su razón de ser. Deseo para ti, lo mismo que Richard P. Feynman a sus lectores: que siempre te encuentres donde puedas mantener este tipo de integridad científica, donde no te sientas forzado a perderla a cambio de mantener tu posición en una organización o tu soporte financiero. Permíteme concluir con una cita:
“La meta principal de la educación es ayudar a los individuos a ser capaces de realizar cosas nuevas, no simplemente repetir lo que han hecho otras generaciones; sino individuos que sean creativos, inventivos y descubridores, que puedan ser críticos y verificar, y no aceptar, todo lo que se les ofrece” -Jean Piaget
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