¿Original bíblico?
¿Hay un solo mensaje bíblico original? ¿Sí? Entonces, ¿se puede justificar una afirmación de haber encontrado tal mensaje original? ¿No? Entonces, ¿cuál es el punto del texto bíblico?
El estudio bíblico erudito —incluida la disciplina de la crítica textual o crítica baja y el método histórico-crítico o crítica alta— es otro de esos enormes temas que me rebasan y a los que, precisamente por su imponente complejidad, me veo atraído. No pretendo poseer conocimiento bíblico que realmente no tengo, pero sí pretendo ensayar preguntas que provoquen la reflexión y el cuestionamiento, tan necesarios hoy sobre el tema de la religión institucionalizada en general y sobre cómo esta es popularmente entendida.
El hecho es que no contamos con los manuscritos bíblicos originales y el número de inconsistencias y discrepancias en las miles de copias existentes impiden eliminar justificadamente la ambigüedad de los diversos mensajes originales posibles. Y el problema abarca las nociones más básicas sobre las creencias cristianas populares, como la divinidad de Jesucristo, la idea del Mesías, el propósito del sacrificio de Jesucristo en la cruz, la función de la resurrección, la intención de un nuevo grupo religioso o iglesia cristiana, etc.
Analizar los argumentos de los investigadores sobre el tema de los manuscritos bíblicos originales es muy importante pues amplía y profundiza el entendimiento de la religión cristiana. La variedad de tales argumentos hace del estudio del tema una experiencia más rica. Por lo tanto, es relevante consultar el trabajo de los estudiosos que han compartido sus hallazgos con el resto de nosotros. Bruce M. Metzger, David C. Parker, Albert Schweitzer, y muchos otros, son del tipo de eruditos a los que me refiero.
Fui un ferviente cristiano evangélico desde mi juventud. Después de más de veinte años de vida de iglesia llegué a darme cuenta de que podía aproximarme de mejor manera a la mayoría de los valores cristianos que buscaba si cambiaba mi particular cosmovisión cristiana por otra más humana, secular y laica. El arrepentimiento cristiano, como un cambio de mentalidad y de comportamiento, es uno de esos valores cristianos que todavía busco, pero fuera de los juegos políticos anquilosados de la vida de iglesia. Los principios filosóficos básicos, como la autocrítica y el pensar por uno mismo, me han ayudado en la práctica de ese valor.
Hace pocos años, encontré los trabajos de crítica textual y criticismo histórico, y a esos esforzados y concienzudos eruditos que llevaron el estudio bíblico a un nivel más detallado y cuidadoso. Este hallazgo me ayudó a pensar más acerca de un punto aún opaco en mi mente: lo sobrenatural en mi cosmovisión cristiana anterior.
Ahora, no tengo certeza alguna sobre esa supuesta realidad sobrenatural pero, basándome en el estado del asunto con las fuentes textuales de mi anterior cosmovisión, tiendo a concluir provisionalmente que dicho aspecto —lo sobrenatural— se ha tornado irrelevante para mí. Es decir, la base física de los manuscritos originales, y también de las antiguas tradiciones textuales disponibles, parece haber sido sujeta de la ley natural y del paso del tiempo, por lo que no hay ninguna evidencia de intervención sobrenatural alguna para la conservación de esas fuentes textuales originales. ¿Qué podríamos inferir de eso? ¿Es acaso esa situación con los originales un buen soporte para buscar "el mensaje original" como parte relevante de un enfoque bíblico edificante? ¿O, quizá, debamos aceptar que obtener "el mensaje original" no es el punto de los textos bíblicos, sino ejercer la interpretación personal auto-reflexiva, al igual que con cualquier otra literatura antigua?
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