Internet y el adulto mental
El uso de Internet puede resultar en algo muy positivo o puede derivarse en una completa pérdida de tiempo y pérdida de atención. Tiempo y atención requeridos para tantos temas que son muy relevantes para nuestra vida como estudiantes, o como hijos, o como esposos, o padres, o ciudadanos, etc. Internet es un fenómeno nuevo en la Humanidad, nunca antes habíamos contado con su escala de posibilidades. Al parecer estamos ante un fenómeno como el de la invención de la imprenta en el siglo decimoquinto, pero de mucha mayor proporción. Si la imprenta, usada adecuadamente, pudo hacer tanto para la diseminación de la verdad ¿quién podría siquiera imaginar el potencial para diseminarla en Internet? Tan es así que en algunos países están en ciernes para declarar el acceso a Internet como un derecho civil.
Sin embargo, ¿cómo distinguir entre el potencial positivo y el negativo? ¿Cómo podría determinarlo la niña o el adolecente o el neófito de Internet? ¿Cómo descubrir el peligro y desenmascarar a un lobo disfrazado de oveja?
Me parece que con Internet ocurre algo análogo como cuando alguien sale solo a la calle. No hay garantías absolutas. Necesariamente se hace corriendo algunos riesgos. Pero, como elaboro un poco más en la presentación de un seminario de introducción a la Filosofía (sección: Salir solo a la calle es sólo para adultos), esos riesgos no detendrán a un adulto para salir solo a la calle, ni para beneficiarse de Internet.
La cuestión, entonces, se torna en: ¿Quién es un adulto? ¿Cuál es el trato propio de un adulto? ¿Cómo saber si yo ya soy un adulto o si sigo siendo un infante que requiere tutela física o mental? ¿Es acaso el miedo el principal motor de la conducta en un adulto? ¿Será el miedo a perder la salvación lo que guía la conducta de un cristiano o lo es el desarrollo de su conciencia? ¿Es el desarrollo de la conciencia ética algo exclusivo del pensamiento religioso?
Hace tiempo escribí más al respecto en los siguientes apuntes:
La reflexión filosófica es sólo para adultos — ¿Reflexión filosófica?... ¿Y eso para qué?
Cada persona es responsable de su libertad. Pero, ¿será ya el niño de 5 años responsable de su libertad? Si guardamos las debidas proporciones, pienso que sí lo es. Pues un “no” absoluto implicaría que a tal niño no se le está cuidando ni preparando para desarrollarse como un ser humano adulto.
¿Cómo entonces nos debemos cuidar unos a otros? Pienso que procurando el desarrollo de la conciencia para ser cada vez más responsables de nuestra libertad. Dicho en una palabra: educándonos. No unos a otros —eso sucede sin que hagamos nada— sino cada uno buscando su propia educación. Claro, entendiendo a la educación como el desarrollo de la conciencia individual, lo cual no siempre ha sido así en la historia de la escolarización. Hoy en día todavía hay quien dice que educación es repetir, como merolico, lo que dice la autoridad. Argumentando que eso es igual a “guardar respeto por la autoridad”. Otros defienden la ortodoxia, diciendo que hay una sola versión válida y benigna del mundo (la suya) y que toda otra versión es errónea y, por tanto, maligna. En estos esquemas no ha faltado la desproporción tanto en premios como en castigos, usando al miedo como un medio de control. Lo irónico es que frecuentemente tan sólo se consigue una ilusión del control, pues en realidad sus mecanismos terminan controlando nada y sólo estorban al desarrollo de las personas como seres humanos adultos. En parte, por eso aún somos personas con cuerpos crecidos pero con mentalidad infantil. ¿Qué acaso no es el miedo a perder la salvación cristiana algo que viene de la ignorancia? ¡El único pecado es la ignorancia y el estado desinformado!
¿Cómo debemos usar Internet? ¿Cómo usamos una biblioteca o una librería? Pues dependerá de quien la use, de su estado de conciencia al elegir tomar un buen libro o perder su tiempo en frivolidades.
Sí, Internet es una herramienta. Se puede usar sutil y engañosamente para bien o para mal. Lo mismo aplica para la religión, la política, el deporte, el entretenimiento, la escolarización, la paternidad, el comercio, etc., etc. ¿Tenemos la conciencia individual para saber identificar y contrastar cada caso? Enfatizo “individual” pues nadie puede meterse en la conciencia de otro para manipular las decisiones personales, claro que los defensores del control y manipulación psicológica no estarán de acuerdo conmigo pues me dirán: “¡¿Cómo que nadie puede?! Nosotros, por medio del miedo y la tergiversación, ¡lo hemos estado logrando a favor de nuestro beneficio! ¿Que no ves en la sociedad a nuestros seguidores acríticos que mantenemos en un estado mental infantil?”
Algunas notas para seguir pensando:
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