Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Monday, November 15, 2010

¿Quién es un cristiano?

Reproduzco de forma íntegra un texto que recién aporté en el foro de una red social en Internet. El tema de la discusión giraba alrededor de una pregunta abierta que alguien hizo y que buscaba comentarios acerca de cuál debería ser la definición de dicha red social, la cual está asociada al grupo conocido por sus siglas ICOC (International Churches Of Christ):

Excelentes preguntas: (1) “¿Eres o no eres un miembro de la ICOC?”, (2) “¿Eres o no eres un cristiano?”, (3) “¿Ser miembro de la ICOC o no serlo, te hace o no te hace un cristiano?” —donde “ICOC” puede ser intercambiado por otra referencia a cualquier otro grupo religioso cristiano en la Historia del cristianismo.

Estas preguntas son de importancia capital si pensamos en los efectos que suelen causar en las personas para las cuales estas preguntas son relevantes. También es de llamar la atención el hecho de que en la Historia de cristianismo hay quienes, después de recorrer una vida consagrada al mismo, han llegado a la conclusión de que esas preguntas resultan irrelevantes, pues el cristianismo es mucho más grande que una simplista y elitista membresía; que lo mejor del cristianismo no es una religión organizada e institucional, que el cristianismo es para las personas en lo individual y no para que la religión institucional mantenga listas de membresía y ande discriminando intransigentemente.

Para quienes estas preguntas son relevantes, se hace imperativo preguntar en qué consiste lo que le da esa relevancia. ¿Por qué son relevantes? ¿Para qué se quiere saber la respuesta? ¿Cómo se usará la respuesta? Entender esto permite aclarar la naturaleza subyacente de la pregunta, el tipo de respuestas buscadas y, por ende, la perspectiva de quien pregunta.

La manera de hacer preguntas dice mucho de quien las hace, así como también la manera de responder dice mucho de quien responde. Decía al inicio que son excelentes preguntas pues la forma tan abierta en que se plantean puede provocar la reflexión en cualquiera que las lea. Pueden provocar el impulso de responderlas y así llegar a conocer más de nosotros mismos. Pues cada respuesta dice más acerca de quien responde que del tema en cuestión. Hay muchas formas de responder a tales preguntas, por ejemplo, en monosílabos: sí o no; pero eso no parece ser una forma muy seria o muy pensada ya que las respuestas simplistas no abordan la naturaleza del tema ni sus implicaciones; algo interesante, sin embargo, de dichas respuestas es lo que revelan acerca de quienes las prefieren.

¿Son preguntas importantes o son preguntas irrelevantes? ¿Por qué serían irrelevantes? En el caso de ser importantes ¿cómo se responden las preguntas importantes en la vida? ¿Cómo se consiguen respuestas en temas de tanto impacto social en la cultura occidental como son las preguntas acerca del cristianismo? ¿De dónde, por qué? ¿De quién, por qué? ¿Cuáles son las implicaciones de decir que sí es posible obtener respuestas? ¿Cuáles características pueden tener las respuestas? ¿Serían provisionales, absolutas, discriminatorias, xenofóbicas, misóginas, elitistas, chovinistas, etc.?

Mi posición personal es que lo relevante está en que las personas, de manera individual, piensen en todo esto ante tales preguntas. Para que cada uno conozca más de sí mismo.

Históricamente, la religión organizada e institucional ha requerido adoptar una posición fija ante estas cuestiones. El panorama religioso institucional y su historia están ahí para que los individuos podamos analizar las consecuencias de adoptar posiciones fijas al respecto.

Una idea de cristianismo comúnmente establecida incluye una figura mediadora representada por un aparato jerárquico u organizacional compuesto por ministros de culto o clérigos. Dicho prelado dispone —a su mejor entender— una relación tripartita en la cual asume la representación unívoca de Jesucristo y el resguardo de todo lo referente a Él. El papel general del individuo en dicha relación triple consiste en ser, creer, decir y hacer según las indicaciones del aparato clerical, pero difícilmente se espera que haga estas cosas por sí mismo.

Ya dependerá de los individuos aceptar o no esa idea del cristianismo. Por otro lado, en la Historia del cristianismo ha habido posiciones con una idea diferente del cristianismo, en las cuales el cristianismo se entiende como: (1) el interés individual por avanzar en la búsqueda de la verdad de Jesús, El Cristo; (2) la esencia de sus enseñanzas en la Biblia y, por tanto, la vivencia de las mismas; (3) la disposición a indagar, confirmar y mejorar continuamente las creencias propias y, por ende, la coherencia en el actuar.

Esa idea de cristianismo pone a la persona enteramente responsable de su parte en una relación bilateral con Jesucristo, sin intermediarios que tercien el esfuerzo que tiene el individuo por su afán personal. El papel de la comunidad en esta idea de cristianismo es el de un colaborador, un mero asistente en la búsqueda personal de nuevos aprendizajes, pero no ejerce ningún tipo de tutela ni manipulación de las creencias personales. Desde esta perspectiva, entonces, el individuo sí se plantea para sí mismo un trayecto largo: filosofía, crítica textual, hermenéutica, exégesis bíblica, teología, etcétera. Es una consagración personal a crecer por cuenta propia en la búsqueda de lo mejor del cristianismo.

Corresponde a cada individuo formar su opinión acerca de la idea de cristianismo que refleje mejor el carácter de Jesús, El Cristo.

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