Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Friday, February 26, 2010

El Evangelio y lo peor de la sociedad

Estoy reflexionando sobre las expectativas de vida tan, pero tan altas que alguien necesita tener actualmente si pretende proclamarse como un seguidor de Jesús, El Cristo.

Sabemos que una parte del Evangelio nos evoca la idea que quien está principalmente invitado a participar son los que reconocen su estado interior como lo peor de la sociedad, la peor calaña, las lacras indeseables, es decir los “...pobres, inválidos, cojos, ciegos, enfermos, ...” en su interior. Claro que esto parece no tener nada que ver con clases sociales ni condición física sino con el estado interno de las personas.

Como muchas de las ideas en el Evangelio, vemos que se trata de patrones de conducta, es decir, comportamientos recurrentes, que no dejan de ocurrir en la vida de un cristiano. No se trata de sucesos que ocurren una sola vez y eso es todo. Así, el cambio de mentalidad (arrepentimiento), el aceptar los errores, el perdonar los errores de los demás, la conversión misma, son cosas que se espera un cristiano viva y busque habitualmente, como algo asimilado, como parte de su ser.

En el tema de reconocer, hay tantas áreas en la vida de una persona donde puede buscar reconocer algo, por ejemplo mi caso, reconozco que soy muy ignorante, puedo dar cuentas realmente de muy pocas cosas en la vida. En un paso posterior a reconocer esto, decidí que sólo opinaría de algo que realmente conociera, no sólo que creyera fuera el caso, sino que realmente tuviera una opinión debidamente formada. Me sorprendió que, en consecuencia, ¡tenía que permanecer mudo en casi cualquier conversación cotidiana! —y según yo soy una persona madura y adulta, por lo que me di cuenta que esto último no es en realidad el caso—.

Por lo que me di a la tarea de indagar. No me esperaba lo que encontré en mis hallazgos. Pero, después de revisar varias veces la decisión, con mucho gusto me he dedicado a estudiar filosofía básica. El recorrido ha sido inconmensurablemente enriquecedor para mí, sobre todo porque he mejorado en mi capacidad para darme cuenta y reconocer lo que resta de indeseable —y resta muchísimo— en mi ser interior.

Una parte del porqué filosofía lo he publicado en la siguiente página: ¿Por qué ahora filosofía?

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