Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Thursday, July 25, 2013

Los superados

Mi amigo Gustavo Sassano, de Buenos Aires, Argentina, en ocasiones ha tachado o desacreditado alguna opinión que atribuye a unos que llama ‘los superados’. Dado que valoro mucho a quien me haga pensar con sus perspectivas —y él lo hace—, le pedí me explicara a qué se refería con eso. Alguien ‘superado’ es quien afirma que su opinión es mejor que la de otros en materias de gusto. Por ejemplo, si alguien sigue el estilo vegano o vegetariano de alimentación y afirma que ese estilo es el mejor por encima de cualquier otro, e incluso denuesta a otros estilos, entonces es un ‘superado’. Es decir, cree que otras opciones tan sólo son propias de quien no ha logrado “superarlas”. Así, hay ‘superados’ que usan ciertas marcas o productos famosos, o van a ciertos lugares de recreación, o copian algún modo de hablar o de comportarse, etc. Aunque también hay ‘superados’ por omisión; es decir, creen que sus perspectivas son “superiores” debido a que no usan o no consumen tal o cual cosa considerada de bajo nivel socioeconómico, bajo nivel escolar o de poca alcurnia.

Reconozco que con facilidad me puedo encontrar en la posición de un ‘superado’ si no hago el esfuerzo para ser consciente de mis tendencias o sesgos cognitivos. Tengo en mi memoria mucha evidencia de lo difícil que puede ser aceptar los juicios erróneos propios. Un ejemplo de mi pasado —el cual tuve en común con Gustavo— es aferrarme a una posición ‘superada’ en materia religiosa: esta o aquella religión es “la mejor”. Me parece falaz vociferar superioridad de opinión en materias de gusto. Y sí, eso era lo que hacíamos con la religión, como si la religión fuese una materia de hecho.

Por otro lado, en retrospectiva observo que sí puede ser positivo desarrollar el gusto propio. Quizá tener un gusto más refinado o selecto para hacer distinciones atinadas en dichas materias, con el objetivo de mejorar en el goce y disfrute de uno mismo. Pero no hay cantidad de desarrollo o sofisticación que justifique vociferar superioridad. Un ejemplo trivial, y con base en lo que he escuchado de quienes dicen saber del tema: el mejor vino tinto es el que te hace disfrutar más de tu propio paladar, y no el más costoso o de tal o cual marca famosa.

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