Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Sunday, March 22, 2015

Sobre «Dios» — ¿Dios ha muerto?


¿Ha muerto el dios cristiano antropomórfico?

Algunos dicen: “dios ha muerto”, refiriéndose a la deidad antropomórfica en los cristianismos. Pero no todos lo dicen por las mismas razones. Algunos apuntan como evidencia al elevado nivel de violencia y sufrimiento en las sociedades y a la cantidad de sangre que corre por mano del humano en contra del humano. En esa lógica, la intervención de un dios vivo se notaría por la dramática disminución o desaparición de la violencia y del sufrimiento. Por supuesto, eso asume como cierta la premisa de que dicha divinidad condena la violencia y actúa para evitar el sufrimiento. Sin embargo, si tal premisa resultase falsa entonces habría abundante evidencia de que esa deidad no ha muerto sino, muy por el contrario, aún vive hoy y actúa intensamente.

Por supuesto, al pensar y al hablar sobre «Dios» primero es necesario aclarar qué se intenta decir con esa palabra, de otra manera el malentendido y la confusión reinan supremos. El tema sobre «Dios» ya es relevante para cualquier adulto maduro en nuestra sociedad, cuánto más lo es para un padre que, en algún punto, debe encarar la responsabilidad de hablar a un hijo sobre el asunto con toda la conciencia y la claridad que le sea posible. Pero, en cualquier caso, primero será necesario aclarar el asunto para sí mismo.

En ese intento por aclarar mi intención al usar la palabra «Dios» primero sopesé mi nivel de analfabetismo filosófico-teológico y entonces reconocí que para hablar del asunto primero tendría que hacer un esfuerzo personal para disminuir, al menos un poco, ese grotesco nivel de analfabetismo que padezco.

Ese esfuerzo personal, según veo, requiere mucho estudio y mucha reflexión, muchas lecturas y mucha retrospección. Aun así, por ahora no le veo un final a ese esfuerzo pues para mí la palabra «Dios» refiere lo inefable y, por tanto, lo inexpresable. Por lo que quizá el método teológico de reflexión conocido como apofático, o teología negativa, me sea de ayuda; es decir, intentaré expresarme sobre «Dios» por medio de la expresión de lo que «Dios» no es. Por ejemplo, si tomo el concepto de lo completamente otro en antropología filosófica entonces «Dios» no es antropomórfico y, por tanto, no es algo sujeto de estar vivo o estar muerto; en otras palabras, pensar sobre «Dios» como un dios antropomórfico es quizá un tropiezo grave pues representa una confusión o una torpe mezcla entre conceptos.

Así, la pregunta: “¿Ha muerto el dios cristiano antropomórfico?”, resultaría un sinsentido, una pregunta que no tiene ni pies ni cabeza, una pregunta mal formulada.

Otro asunto por entero distinto es al asunto de si el concepto «Dios» refiere o no a un supuesto mundo sobrenatural.

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